Última cumbre entre presidente y canciller

La cumbre hispano-alemana que sé inició ayer en la capital gallega será, casi con certeza, la última que reuna al presidente Felipe González y al canciller alemán, Helmut Kohl. Estas reuniones se celebran siempre en primavera o verano y cuando se convoque la próxima es harto probable que se haya producido en España un cambio de mayoría.A pesar de que son incapaces de entenderse sin intérprete, González y Kohl se han hecho grandes amigos desde que en 1983 celebraron su primera cumbre en Bonn. No en balde son los dos jefes de Gobierno más veteranos de la Unión Europea. González llama a su huéspe...

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La cumbre hispano-alemana que sé inició ayer en la capital gallega será, casi con certeza, la última que reuna al presidente Felipe González y al canciller alemán, Helmut Kohl. Estas reuniones se celebran siempre en primavera o verano y cuando se convoque la próxima es harto probable que se haya producido en España un cambio de mayoría.A pesar de que son incapaces de entenderse sin intérprete, González y Kohl se han hecho grandes amigos desde que en 1983 celebraron su primera cumbre en Bonn. No en balde son los dos jefes de Gobierno más veteranos de la Unión Europea. González llama a su huésped "Hermut" y este, a su vez, le llama "Filip".Esta amistad les ha convertido, a pesar de sus discrepancias ideológicas, en aliados en numerosas ocasiones en las cumbres europeas. En la de Cannes, en junio, resolvieron, casi mano a mano la disputa sobre las ayudas que la UE de dicará en el próximo lustro a sus socios mediterráneos.

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Sus personalidades son, sin embargo, diametralmente opuestas. Kohl, extravertido y jovial, parece mucho más mediterráneo que su anfitrión español. Basta con ver como, cuando las cumbres se desarrollan en Alemania, el canciller saluda y abraza a sus compatriotas en las calles y como, cuando

se celebran en España, González es poco propenso a repartir apretones de manos.

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