Solidaridad con unos hombres honestos

En EL PAÍS del pasado 26 de junio apareció como noticia destacada en la sección Sociedad un artículo relatando una acusación principalmente dirigida contra el ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) profesor Emilio Muñoz, aunque incluye al profesor Vicente Larraga y a Gustavo Monje, por un posible "error administrativo" que sin embargo ha merecido la actuación del abogado del Estado del Ministerio de Educación y Ciencia ante el Tribunal de Cuentas.Si bien la autora del artículo se mantiene respetuosa en cuanto a la calificación del asunto y de las personas impl...

En EL PAÍS del pasado 26 de junio apareció como noticia destacada en la sección Sociedad un artículo relatando una acusación principalmente dirigida contra el ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) profesor Emilio Muñoz, aunque incluye al profesor Vicente Larraga y a Gustavo Monje, por un posible "error administrativo" que sin embargo ha merecido la actuación del abogado del Estado del Ministerio de Educación y Ciencia ante el Tribunal de Cuentas.Si bien la autora del artículo se mantiene respetuosa en cuanto a la calificación del asunto y de las personas implicadas, nos duele profundamente, que en estos tiempos de crispación y escándalos casi constantes haya llegado a ser noticia un asunto que, sin prejuzgar responsabilidades, puede poner en entredicho la honradez y el buen nombre de una persona que como Emilio Muñoz ha servido con eficacia, generosidad y lealtad a la causa de la investigación científica y tecnológica en España y a una de sus principales instituciones como es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Los que suscribimos esta carta no pretendemos ni entablar polémicas ni buscar culpables, sólo manifestar nuestra solidaridad con unos hombres honestos dedicados a la ciencia. Tal vez su error fue abandonar sus propios trabajos científicos y dedicar su esfuerzo a servir a los demás para facilitarles que pudieran "investigar sin llorar" en España, contrariamente a lo que se pensaba no hace tantos anos por algunos de nuestros más famosos científicos en el exterior.-