Tribuna:LA SEMANA EN POP

Batido de estilos musicales

Stupendams visitaron la capital con un espectáculo, de transición, a medio camino entre lo ya hecho y lo que tienen planteado estrenar en septiembre. Este numeroso combo femenino a capela evidenció la consolidación de una difícil apuesta que rechaza los arquetipos convencionales del pop y, usando alguno de sus éxitos, apuesta por caminos mucho menos trillados. Meritorias sus interpretaciones de Golden Years, de Bowie, y Stairway to heaven, de Led Zeppelin.Un tanto aciaga fue la Noche de Butragueño -es sabido que el Gran Hermano prefiere el fútbol al ro...

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Stupendams visitaron la capital con un espectáculo, de transición, a medio camino entre lo ya hecho y lo que tienen planteado estrenar en septiembre. Este numeroso combo femenino a capela evidenció la consolidación de una difícil apuesta que rechaza los arquetipos convencionales del pop y, usando alguno de sus éxitos, apuesta por caminos mucho menos trillados. Meritorias sus interpretaciones de Golden Years, de Bowie, y Stairway to heaven, de Led Zeppelin.Un tanto aciaga fue la Noche de Butragueño -es sabido que el Gran Hermano prefiere el fútbol al rock'n roll- para los franceses Silmarils y los nacionales Def Con Dos. Los primeros son una batidora de estilos presentados de manera energética. Tres cantantes de varios colores y base funk para una puesta en escena combativa y rock-rapera, con el handicap de que interpretaban, sus canciones en francés. En cuanto al Escuadrón de las sombras, César, Peón y compañía presentaban su Alzheimer un tanto acelerados y no con el mejor de los sonidos. Hay que mencionar, no obstante, la incorporación a la guitarra del Enemigo Manolo Benítez, al que se veía feliz y concentrado en sus subidas y bajadas de mástil. Tiene mucho hard-rock la Gibson de este musicazo. Buen fichaje. Mención especial merece también el tuno al que el grupo apaleó en escena, haciendo buena su consigna "tuno bueno, tuno muerto". Los Def siguen estando a años luz del resto, que duda cabe.

Este verano el reggae en castellano va a tener un buen exponente en una numerosa banda de Bilbao llamada Ke no Falte. Puristas de la línea Marley, el grupo tiene ya un álbum en la talle, Ke rule, y su puesta en escena es fuente de ondulación de caderas y mística jamaicana. Muy buena la conjunción entre batería, bajista y guitarra, generando esa cadencia característica de modo verosímil, aunque algo rígida -hay, que tener en cuenta que son vascos y blancos-. A mejorar, el soniquete en la voz de su cantante que, haciendo gracia las primeras canciones, puede llegar a ser un pelín cansino. Hay que buscar más para encontrar algo personal que aportar. Imitar bien no vale.

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