El agotamiento de acuíferos por los regadíos está convirtiendo a La Mancha en un desierto

Un estudio del Ayuntamiento de Daimiel alerta del negro futuro de 42 poblaciones

Los regadíos excesivos están haciendo de la Mancha un desierto, al estar agotando los acuíferos del subsuelo, que es donde obtienen el agua más de un millón de habitantes, dos tercios de la población de la región. La sobre explotación del acuífero 23 - cuyo espejo más claro es el desolador aspecto del parque nacional de las Tablas de Daimiel- puede llevar en 10 años a la parálisis de una zona que abarca 42 municipios con casi 300.000 habitantes. Así de rotundo es el estudio de Mario Gaviria y Juan Serna, La quimera del agua, presente y futuro de Daimiel y La Mancha occidental, que se presenta ...

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Los regadíos excesivos están haciendo de la Mancha un desierto, al estar agotando los acuíferos del subsuelo, que es donde obtienen el agua más de un millón de habitantes, dos tercios de la población de la región. La sobre explotación del acuífero 23 - cuyo espejo más claro es el desolador aspecto del parque nacional de las Tablas de Daimiel- puede llevar en 10 años a la parálisis de una zona que abarca 42 municipios con casi 300.000 habitantes. Así de rotundo es el estudio de Mario Gaviria y Juan Serna, La quimera del agua, presente y futuro de Daimiel y La Mancha occidental, que se presenta hoy en Daimiel (Ciudad Real), cuyo Ayuntamiento encargó el trabajo.

Pocos considerarán lógico plantar maíz y alfalfa en las planicies pardas de don Quijote. Pues ambos cultivos han ocupado miles de hectáreas de regadío en La Mancha. Ahora se están cambiando por otros menos húmedos, como el melón y los cereales. El ejemplo ilustra bien el desfase que ha imperado entre el agua disponible y la consumida.Juan Serna, del Fondo Patrimonio Natural Europeo, calcula que en La Mancha occidental se siguen regando en torno a 110.000 hectáreas. El plan quinquenal de 12.000 millones de la UE -más otros 4.000 aportados por España- para reducir los riegos y salvar los humedales manchegos, incluidas las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera, se muestra claramente insuficiente.

Ahorro sin datos

El acuífero 23 -un auténtico mar subterráneo bajo Ciudad Real, Cuenca y Albacete que oficialmente no ha sido declarado sobreexplotado hasta el pasado 9 de enero- no da más de sí. Su recarga natural es de 320 hectómetros cúbicos por año, pero de él han estado saliendo 580 hectómetros anua les, casi en su totalidad para re gadíos. "Con ese ritmo de ex tracción y la pluviometría de los últimos años, el acuífero se agotará en un período de 5 a 15 años. No más allá dé esta cifra". El volumen de agua alma cenada en el acuífero en sus buenos tiempos, cuando rebosaba por los Ojos del Guadiana, estaba entre 10.000 y 12.500 hectómetros cúbicos; ahora se calcula que las reservas rondan los 5.000.

Juan Serna destaca que en los dos años del programa de la UE de ayudas a los agricultores a cambio de que rieguen menos "ha disminuido el nivel de extracción de agua, pero es aún muy insuficiente para que el acuífero se recupere"- El Gobierno autónomo calcula que "teóricamente" 40.000 hectáreas han reducido o eliminado los riegos. Pero ni el presidente José Bono, ni Juan Serna ni la dirección del parque nacional de las Tablas dan datos concretos sobre el agua ahorrada.

Serna aporta la clave: "Faltan inspecciones". Y añade: "Lo absurdo es que no haya datos, que no se hagan estudios serios, las aguas subterráneas son las grandes olvidadas de nuestro país. La Confederación Hidrográfica del Guadiana ni siquiera sabe los pozos que están abiertos". Se calcula que hay entre 12.000 y 16.000 pozos legalizados (entre un 25% y un 40% están secos), alrededor de 5.000 en trámite de legalización y entre 3.000 y 6.000 pozos ilegales. Sema y Gaviria estiman que habría que reducir a la mitad el agua de riego; bien pasando a técnicas como la del g oteo, o al secano.

La quimera del agua es un estudio duro, fruto de un año de trabajo de un equipo de 20 personas: "Se ha utilizado el agua del subsuelo como un bien libre y gratuito, semi precio. Todavía hoy el agua del riego en La Mancha es más barata, casi en un 50%, que la del valle del Ebro, donde el agua es abundantísima". Y se destaca que tan gigantesca puesta en regadío nunca siguió planificaciones desde ningún estrato de la Administración.

La catástrofe en este caso sí se vislumbra: "Hace ya unos años que está claro que seguir regando cada uno por su lado traerá la ruina para todos". "Desde hace unos 10 años ni el río Cigüela ni el Guadiana ni el Azuer tienen agua superficial propia. Puede decirse que el Guadiana nace actualmente aguas abajo de Ciudad Real capital, con las aguas residuales de la ciudad. Su nacimiento se ha desplazado así más de 150 kilómetros del originario. Una vez agotado el acuífero, La Mancha, que era un desierto con humedades visibles y con un acuífero invisible, pasará a ser un desierto hídrico cuyos habitantes tendrán que ser abastecidos con aguas traídas en tubería de más de 150 o 200 kilómetros de distancia".

El estudio, que dedica las últimas 40 páginas a proponer soluciones dentro de "un pacto de Estado de todas las administraciones" incluye un curioso análisis sociológico de la zona: el 401/o de los encuestados opina que el agua en la zona se acabará antes de 15 años. A la pregunta de qué cree usted que puede pasar, el 39% opina que "quedará para beber". El 29% se limita a decir que ya la traerán de otros lugares.

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