Gombrich explica su visión de las sombras en la pintura en una exposición en la National Gallery

En vísperas de la publicación de la 16ª edición de su inmortal obra La historia del arte, el profesor Ernst Gombrich se ha embarcado en una pequeña aventura: descubrir el valor de las sombras en la pintura occidental. En una original exposición que acaba de inaugurarse en la National Gallery de Londres -abierta hasta mediados de junio-, el más famoso de los historiadores del arte del siglo XX analiza el valor de las sombras a través de 28 cuadros, la mayoría de la propia colección del museo. La muestra recoge la filosofía de que las sombras son la clave emotiva de la pintura.

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En vísperas de la publicación de la 16ª edición de su inmortal obra La historia del arte, el profesor Ernst Gombrich se ha embarcado en una pequeña aventura: descubrir el valor de las sombras en la pintura occidental. En una original exposición que acaba de inaugurarse en la National Gallery de Londres -abierta hasta mediados de junio-, el más famoso de los historiadores del arte del siglo XX analiza el valor de las sombras a través de 28 cuadros, la mayoría de la propia colección del museo. La muestra recoge la filosofía de que las sombras son la clave emotiva de la pintura.

, Desde el retrato de Cristina de Dinamarca pintado por Holbein hasta el Frutero con peras y manzanas de Picasso, los 28 cuadros ilustran, con modestia pero con el criterio psicológico que ha guiado toda la obra del historiador del arte Ernst Gombrich, su teoría del uso variado de las sombras.Mientras el sombreado ha sido universalmente utilizado en el arte occidental para señalar los relieves y para describir la textura del objeto representado, en pintura, las sombras no sólo son más raras, sino que han servido para más variadas y complejas tareas. Gombrich, de 86 años, ha vivido desde 1936 en Londres, adonde llegó desde su nativa Viena huyendo del nazismo. Su personalísima visión crítica del arte, plasmada en su obra La historia del arte, de la que se han vendido cuatro millones de copias desde la primera edición en 1950 y ha sido traducida a 18 idiomas, le ha convertido en uno de los grandes santones de la crítica. Gombrich es autor de otros títulos como Meditaciones sobre un caballo de juguete, Tras la historia de la cultura y Freud y la psicología del arte.

Su selección de cuadros, incluida una admirable fotografía de Henri Cartier-Bresson y un autorretrato de su propia sombra, puede ser discutible, pero siempre estimulante. A la larga, Gombrich sólo pretende despertar al visitante de su letargo contemplativo obligándole a juzgar y a observar. por sí mismo.

Fugitivas y cambiantes

Distribuyendo la exposición en varios apartados, Gombrich analiza el papel de las sombras en los cuadros elegidos. Unas veces definen la forma de la superficie en la que aparecen, o matizan admirablemente la luz, indican el momento del día, crean efectos dramáticos o expresan un determinado ambiente emocional en el cuadro.A menudo también son utilizadas con fines satíricos.

"Hay algo elusivo en su apariencia", explica el profesor Gombrich, "las sombras son parte de nuestro ambiente, pero aparecen y desaparecen de su sitio, son fugitivas y cambiantes". Su papel es, pese a ello, o quizás por ello, esencial. El visitante puede comprobarlo siguiendo, la exposición de la National Gallery.

En ella figura una bella muestra de la maestría a la que llegó en el manejo de las sombras la escuela de Rembrant: el cuadro titulado Hombre sentado leyendo ante la mesa en una habitación, en el que el valor de la sombra multiplica el efecto deslumbrante de la luz del sol, reflejada sobre uno de los altos muros de la estancia. Las sombras viene a decir la exposición de Gombrich, tienen, a menudo, la clave emotiva de un cuadro.