Madrid / Tejas

Flaco JiménezEn estos tiempos de pasiones desgarradas y posturas estéticas extremas, resulta reconfortante disfrutar de algo más de una hora en la compañía de Flaco Jiménez. Sencillez, optimismo, ganas de juerga y nada de pretenciosidad. Eso y un buen montón de canciones que reflejan el modo de entretenerse de los hispanos de San Antonio, Tejas. Canciones que te obligan a visualizar la tradicional diversión para pobres y latinos en ese rincón de la Norteamérica profunda; eas fiesta exenta de tensiones y en la que la guitarra eléctrica es un lujo y un gesto de modernidad innecesar...

Flaco JiménezEn estos tiempos de pasiones desgarradas y posturas estéticas extremas, resulta reconfortante disfrutar de algo más de una hora en la compañía de Flaco Jiménez. Sencillez, optimismo, ganas de juerga y nada de pretenciosidad. Eso y un buen montón de canciones que reflejan el modo de entretenerse de los hispanos de San Antonio, Tejas. Canciones que te obligan a visualizar la tradicional diversión para pobres y latinos en ese rincón de la Norteamérica profunda; eas fiesta exenta de tensiones y en la que la guitarra eléctrica es un lujo y un gesto de modernidad innecesario. La tradición manda que el acordeón ocupe su lugar.Con él, enarbolándolo y sacándole pellizcos de arte, Flaco y su banda arrancaron con Ahí te dejo en San Antonio, populariza da hace unos años por Los Lobos. Con una cadencia que no pasa del trote y poquito sonido -tampoco hacía falta más-, el grupo fue tejiendo un repertorio en el que vals y polka a la tejana se van haciendo relevos rítmicos y cuyas historias rezuman amor, alcohol y el sentimiento solitario de un paraje duro y lleno de cactus, como es el Estado de la estrella. Así es el tex mex.