ECOLOGÍA

Aragón adopta medidas contra la 'autopista eléctrica' transpirenaica

El Gobierno de Aragón aprobó en su última sesión plenaria la ampliación de la protección medioambiental en el parque Posets- Maladeta, de reciente creación en la comarca de la Ribagorza (Huesca). La medida (destinada a salvaguardar a las aves en vías de extinción que anidan en las montañas pirenaicas) dificultará la consecución de los planes hidroeléctricos de hacer pasar por la zona una autopista eléctrica transpirenaica, considerada como "el último rincón virgen", por las asociaciones proteccionistas.El proyecto ha recibido también un nuevo varapalo al ser aceptado esta misma sema...

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El Gobierno de Aragón aprobó en su última sesión plenaria la ampliación de la protección medioambiental en el parque Posets- Maladeta, de reciente creación en la comarca de la Ribagorza (Huesca). La medida (destinada a salvaguardar a las aves en vías de extinción que anidan en las montañas pirenaicas) dificultará la consecución de los planes hidroeléctricos de hacer pasar por la zona una autopista eléctrica transpirenaica, considerada como "el último rincón virgen", por las asociaciones proteccionistas.El proyecto ha recibido también un nuevo varapalo al ser aceptado esta misma semana por el Tribunal Supremo un recurso contra una sentencia del mismo órgano jurídico, en la que no se veían vulneraciones medioambientales con la colocación de las torretas eléctricas a través de los valles de Chistau y colindantes. El Alto Tribunal considera la legislación de protección de parajes pintorescos como contrapunto al "interés público de la obra", esgrimido en el fallo anterior.

La reciente protección dictada sobre los glaciares pirenaicos, unida a la aprobada esta semana sobre las aves, permite ampliar, según las asociaciones del valle afectado, la cobertura legal que al igual que sucede en la vertiente francesa (los tribunales galos admiten la agresión ecológica que suponen las líneas de alta tensión) impidan los planes de las compañías hidroeléctricas.

Precisamente, los grupos ecologistas han basado una buena parte de sus argumentos en el elevado número de aves que mueren o sufren graves lesiones anualmente, al chocar contra los cables y las torretas eléctricas.

Recientemente, el Tribunal de Pau (sur de Francia) ordenó la paralización de las obras en suelo galo, mientras que en la vertiente sur la Guardia Civil expulsó del valle, en otoño pasado, a los técnicos de la compañía eléctrica encargada del polémico proyecto cuando éstos se encontraban realizando clandestinamente tareas de localización para ubicar las bases cementadas de las torretas.

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