Presentada la primera edición facsimilar del 'Libro de los testamentos'

La primera edición facsimilar del Libro de los testamentos, códice medieval que se conserva en la catedral de Oviedo y que incorpora documentos de varios reyes de la monarquía asturiana junto a excepcionales miniaturas románicas fue presentada ayer en Oviedo. El Libro de los testamentos (Liber testamentorum), que data del siglo XII, es el códice más importante de cuantos se conservan en el archivo capitular ovetense y está considerada como una obra maestra de la miniatura románica española.La reproducción facsimilar, realizada por el editor barcelonés Manuel Moleiro, consta de 22...

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La primera edición facsimilar del Libro de los testamentos, códice medieval que se conserva en la catedral de Oviedo y que incorpora documentos de varios reyes de la monarquía asturiana junto a excepcionales miniaturas románicas fue presentada ayer en Oviedo. El Libro de los testamentos (Liber testamentorum), que data del siglo XII, es el códice más importante de cuantos se conservan en el archivo capitular ovetense y está considerada como una obra maestra de la miniatura románica española.La reproducción facsimilar, realizada por el editor barcelonés Manuel Moleiro, consta de 226 páginas en papel sulfurado, elaborado a mano y ex profeso para esta obra, y se acompaña de otro volumen en el que se recoge un estudio codigológico, paleográfico e histórico-artístico, así como la transcripción y traducción de los documentos. De la obra se ha hecho una tirada numerada de 987 ejemplares.

El Libro de los testamentos, cuya iniciativa se atribuye al obispo Pelayo, fue realizado entre 1109 y 1112, con el propósito de conservar para la posteridad constancia de las distintas donaciones hechas a la iglesia episcopal de San Salvador de Oviedo a lo largo de la Edad Media. En el códice se reprodujeron, por un esmeradísimo copista, un notario que debió ser canónigo de Oviedo, y que empleó una letra visigótica minúscula, alargada, clara y muy pulcra, 87 documentos de donaciones y privilegios concedidos por los reyes y pontífices de la catedral de Oviedo entre los años 812 y 1112, y cuyos originales han desaparecido casi en su totalidad.

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