Barreras al mar

"Restringir el acceso a los desfiles es como intentar poner barreras al mar". Así de claro se muestra Adolfo Domínguez, quien propone medidas más ofensivas que defensivas contra la piratería de los diseños, sin negar el punto de genialidad que tiene una empresa, concreta en España "que en 15 días es capaz de copiar y sacar al escaparate las novedades de- los distintos desfiles".¿Cómo impedir que uno de esos cien fotógrafos acreditados o uno de esos doscientos periodistas no colabore, además de con su revista, también con determinadas casas, diseñadores o fabricantes?", se pregunta Verin...

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"Restringir el acceso a los desfiles es como intentar poner barreras al mar". Así de claro se muestra Adolfo Domínguez, quien propone medidas más ofensivas que defensivas contra la piratería de los diseños, sin negar el punto de genialidad que tiene una empresa, concreta en España "que en 15 días es capaz de copiar y sacar al escaparate las novedades de- los distintos desfiles".¿Cómo impedir que uno de esos cien fotógrafos acreditados o uno de esos doscientos periodistas no colabore, además de con su revista, también con determinadas casas, diseñadores o fabricantes?", se pregunta Verino. "Si alguien inteligente te quiere copiar, no hay mecanismo que lo pueda evitar", se contesta a sí mismo.

Armani asegura que él nunca ha sido pródigo en repartir invitaciones, pero que al día siguiente del desfile "cualquiera puede comprar una cinta o unas diapositivas de la ropa que se mostró, y cada vez hay más empresas que basan. sus colectiones en las de diseñadores famosos".

El barcelonés Ton¡ Miró sería partidario de restringir el acceso si "supiéramos que hay copiadores, pero es muy difícil catalizar dónde está el copiador". Por el contrario, tanto Victorio y Lucchino como Jesús del Pozo se preguntan quién permite el acceso de gente que, en el mundo de la moda, están catalogados como copistas profesionales. "Copiar a través de la prensa es mucho más difícil", opina Del Pozo, que se muestra partidario de, al menos, poner algún tipo de impedimentos. "Nosotros somos absolutamente partidarios de restringir el acceso a prensa, compradores y gente amiga que te apetezca tener a tu lado en el desfide", afirman, por su parte, los diseñadores de Sevilla.

No opina lo mismo Sybilla. "Cualquier género de control policial en la puerta desvirtuaría lo que un desfile tiene de acontecimiento cultural y artístico para favorecer exclusivamente su aspecto mercantilista".

Mercado aparte, el mundo de la moda no pierde la esperanza. Como afirma Arman¡, el fin de siglo siempre es contradictorio y caótico. "Un nuevo modo de orden y organización llegará con el cambio de siglo, ¡un poco como la calma tras la tempestad!", augura el diseñador italiano.

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