Rechazo unánime a la instalación de un radar militar en el Mulhacen

Ya hay 25.000 firmas contra el proyecto

Nadie, excepto el Ministerio de Defensa, cree ventajosa la instalación de un radar en el Mulhacén, el pico más alto de la Península. Día a día, desde que el pasado verano se conociera el propósito de Defensa, la oposición al radar se ha incrementado. Incluso los socialistas andaluces han plantado cara al ministerio. La protección legal de Sierra Nevada impide cualquier construcción en el Mulhacén, excepto cuando sea necesaria para la defensa nacional. La Federación Andaluza de Montañismo ha recogido ya 25.000 firmas contra el proyecto.

A comienzos del pasado verano dos mandos del Ej...

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Nadie, excepto el Ministerio de Defensa, cree ventajosa la instalación de un radar en el Mulhacén, el pico más alto de la Península. Día a día, desde que el pasado verano se conociera el propósito de Defensa, la oposición al radar se ha incrementado. Incluso los socialistas andaluces han plantado cara al ministerio. La protección legal de Sierra Nevada impide cualquier construcción en el Mulhacén, excepto cuando sea necesaria para la defensa nacional. La Federación Andaluza de Montañismo ha recogido ya 25.000 firmas contra el proyecto.

A comienzos del pasado verano dos mandos del Ejército visitaron al alcalde de Trevélez, una población de la Alpujarra cuyo término abarca parte de Sierra Nevada. Sumariamente explicaron que iban a construir un radar en el Mulhacén. Joaquín Álvarez, el alcalde, replicó: "¿Tienen ustedes licencia?".Los dos militares replicaron que daba igual, el radar era un instrumento estratégico para la defensa nacional y estaba por encima de cualquier norma urbanística. El radar forma parte de un proyecto español que a su vez está incluido en otro de la OTAN para renovar la red española de defensa aérea.

Poco después de la visita a Trevélez comenzaron unas catas geológicas en la cima. La Junta de Andalucía reaccionó, al principio, con cierta cautela. Reconoció que había autorizado la prospección pero que desconocía su objetivo final. La Federación Andaluza de Montañismo fue la primera en advertir la presencia de militares en Sierra Nevada.

Desde entonces, la oposición al radar no ha hecho sino crecer. Además el deterioro que el radar supondría para una zona declarada Reserva de la Biosfera y que la Consejería de Medio Ambiente pretende convertir en parque nacional, los políticos de la Junta han esgrimido, al menos como razón moral, todo el aparato legal que protege la sierra granadina.

Interferencias

Los científicos del Instituto de Radioastronomía Milimétrica, situado en la sierra y cogestionado por varios países europeos, opinan que el radar podría interferir gravemente sus observaciones.El Mulhacén tiene, además, un valor simbólico. Con el Veleta, son los dos picos cuya silueta representa en los carteles turísticos a Granada. Es la cima donde Muley-Hacen, padre de Boabdil, el último rey moro granadino, mandó a su amante que le diera sepultura.

Manuel Pezzi, consejero de Medio Ambiente, se ha convertido en el adalid de la Junta contra la instalación militar. Hace dos semanas mantuvo un nuevo contacto con Defensa y, a sabiendas de que el ministerio puede llevar adelante el proyecto si se empeña, les recomendó que desistieran, pues la resistencia popular lo hacía inviable. Pezzi ofreció enclaves alternativos en Granada, como la sierra de Lújar o la Contraviesa. Defensa aún no ha contestado.

Mientras, los partidos políticos han rechazado unánimemente el radar. La única tibieza la manifestó el diputado del PP por Granada, Gabriel Díez Berbel, quien confesó que aunque el radar era una barbaridad comprendía los argumentos del ministerio. Desde su partido, sin embargo, han salido voces mucho más tajantes.

Pezzi anunció hace pocos días que el Grupo Socialista planteará en el Parlamento autónomo una moción contra la instalación, o a consensuarla con IU-Los Verdes.

Bares y calles de Granada están hoy cubiertos con carteles contra el radar promovidos por los montañeros: "Mulhacén, ¿civil o militar?". Defensa tiene la respuesta.

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