Clinton tendrá en el nuevo Congreso un grave obstáculo a su política exterior

El ascenso a la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Jesse Helms, un halcón ultraconservador que se hizo famoso por su defensa de la cruzada anticomunista de Ronald Reagan en Centroamérica, se anuncia como un obstáculo en la futura política exterior del presidente Bill. Clinton, que tendrá dificultades sobre todo a la hora de participar en misiones de paz de Naciones Unidas y para conseguir en el Congreso, la renovación o la ampliación de ayuda económica para determinados países.

En su actual viaje por Asia, Bill Clinton ha asegurado a los líderes de otros paí...

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El ascenso a la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Jesse Helms, un halcón ultraconservador que se hizo famoso por su defensa de la cruzada anticomunista de Ronald Reagan en Centroamérica, se anuncia como un obstáculo en la futura política exterior del presidente Bill. Clinton, que tendrá dificultades sobre todo a la hora de participar en misiones de paz de Naciones Unidas y para conseguir en el Congreso, la renovación o la ampliación de ayuda económica para determinados países.

En su actual viaje por Asia, Bill Clinton ha asegurado a los líderes de otros países que la política exterior de Estados Unidos siempre tiene respaldo bipartidista y se mantiene inalterable cualquiera que sea el signo de la mayoría existente en el Parlamento. Constitucionalmente, el poder del presidente en el manejo de la política exterior es casi ilimitado.Excepto para la declaración formal de guerra -pero no para el envío de tropas al exterior por periodos limitados- , la Casa Blanca puede desarrollar su propia política exterior sin que el Congreso tenga capacidad de impedirla. Normalmente, la oposición incluso respalda las decisiones más importantes, una vez tomada para que Estados Unidos, n ofrezca una imagen de debilidad ante sus enemigos.

Un Congreso plenamente dominado por la oposición supone, sin embargo, un obstáculo moral a la política de, Ja Casa Blanca. Recientemente, en relación con Bosnia, el presidente ha tenido que aplicar una demanda parlamentaria de levantar el embargo de armas a los musulmanes bosnios, pese a que la Administración consideraba inconveniente hacerlo de forma unilateral.

Casos como ése se pueden presentar en el futuro, sobre todo con una figura como Helms, cuya visión es muy diferente a la de Clinton en la mayor parte de los asuntos de política exterior, y que ha prometido emplearse a fondo para defender sus puntos de vista frente a lo que llama "la burocracia progre que controla el Departamento de Estado":

Ayuda exterior: Helms es contrario por principio a que se gaste el dinero del contribuyente en este apartado. Pide retirar inmediatamente toda ayuda a los países que votan diferente a EE UU en la ONU.

Naciones Unidas: Helms y los líderes republicanos quieren impedir que en el futuro soldados norteamericanos actúen en misiones internacionales bajo mando de un general extranjero, lo que, de hecho, impediría a EE UU participar en misiones de cascos azules que no estén bajo su absoluto control.

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Cuba: Las tímidas negociaciones iniciadas con Cuba el pasado verano pierden ahora casi toda posibilidad de éxito. Los republicanos se oponen a cualquier forma de acercamiento a La Habana. Jesse Helms ha dicho en el pasado que, en vez de enviar tropas a Kuwait, Estados Unidos debería haber invadido Cuba.

Haití: El nuevo líder republicano en el Senado, Bob Dole, ha pedido la retirada de las tropas de Haití antes de Navidad. Helms se ha referido al presidente Jean Bertrand Aristide, como un asesino".

Corea del Norte: Los republicanos quieren revisar el acuerdo alcanzado este otoño con ese país, que consideran demasiado favorable para el régimen de Pyongyang.

Oriente Próximo: Jesse Helms se opone rotundamente a todo acercamiento al Gobierno de Siria, que considera un enemigo al que hay que destruir, y rechaza la reconciliación entre Washington y la Organizacion para la Liberación de Palestina (OLP). Es partidario del apoyo a Israel, pero cree que los 3000 millones de dólares anuales que se conceden a ese país son excesivos.

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