El español
EL PAÍS, página 30 del jueves 27 de octubre de 1994. Clausura del congreso de los premios Cervantes vivos: Delibes, Bioy Casares, Sábato, Ayala, Torrente Ballester... ¡casi nadie en el mundo de las letras! La noticia: "Ningún representante del Ministerio de Cultura asistió al congreso sobre el español". ¡Qué pena! ¿No? ¿Qué compromiso de mayor importancia podrían tener los miembros del Gobierno que estén relacionados, aunque sea remotamente, con la cultura y/o educación para no asistir a semejante acto?¿Quizá alguien pudo pensar que no era políticamente rentable personarse en Valladolid, por s...
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EL PAÍS, página 30 del jueves 27 de octubre de 1994. Clausura del congreso de los premios Cervantes vivos: Delibes, Bioy Casares, Sábato, Ayala, Torrente Ballester... ¡casi nadie en el mundo de las letras! La noticia: "Ningún representante del Ministerio de Cultura asistió al congreso sobre el español". ¡Qué pena! ¿No? ¿Qué compromiso de mayor importancia podrían tener los miembros del Gobierno que estén relacionados, aunque sea remotamente, con la cultura y/o educación para no asistir a semejante acto?¿Quizá alguien pudo pensar que no era políticamente rentable personarse en Valladolid, por si se molestaban en algún otro partido que les, presta su apoyo para mantenerse: en el poder... a cambio ¿le.. .? Por cierto, enhorabuena a EL PAÍS, que por una vez, aunque en letra pequeña, se atrevió a denominar el idioma de los Cervantes como español, es decir, igual que figura en las portadas de los diccionarios que pueden encontrarse en cualquier librería de Londres, Francfort, París, Roma...
Aparentemente, en el único lugar del mundo donde resulta tan enormemente complicado nombrar un idioma es dentro del territorio ahora llamado Estado español, pues "fuera de" no produce ningún trauma mental" ni político continuar denominándolo spanish, spanisch, espagnol, spagnolo, y considerarlo el medio (a través del que se entienden en más de veinte países y 400 millones de personas),que trataban de defender-proteger esos señores, desconocidos, que se reunieron en Valladolid, sin merecer la atención por parte de nuestras autoridades.-