Leyes Contra la especulación

Giselle Novakovich abandera una cruzada de muchos investigadores contra la especulación a partir del cuerpo humano. "Hay muchas empresas y organismos que, bajo el pretexto de la transformación de tejidos de origen humano, hacen unos beneficios enormes y la materia primitiva, el tejido, no se compra, se dona", subrayó en Oviedo. "Es verdad que la transformación cuesta dinero (personal, material y pruebas analíticas), pero esto se puede calcular. Es necesario que los Gobiernos hagan leyes en sus respectivos países y expliquen que no se puede hacer negocio a costa de esto. Porque si hay benef...

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Giselle Novakovich abandera una cruzada de muchos investigadores contra la especulación a partir del cuerpo humano. "Hay muchas empresas y organismos que, bajo el pretexto de la transformación de tejidos de origen humano, hacen unos beneficios enormes y la materia primitiva, el tejido, no se compra, se dona", subrayó en Oviedo. "Es verdad que la transformación cuesta dinero (personal, material y pruebas analíticas), pero esto se puede calcular. Es necesario que los Gobiernos hagan leyes en sus respectivos países y expliquen que no se puede hacer negocio a costa de esto. Porque si hay beneficios en este proceso de transformación, ¿por qué los donantes o las familias de los donantes no pueden pedir una compensación económica? Nos podemos encontrar con que la gente venda una parte de su cuerpo, un ojo, la piel".

La Administración sanitaria española se ha apresurado a estudiar el problema y ya existe un primer borrador legislativo, todavía muy preliminar, para regular el campo de los tejidos, piezas anatómicas y sustancias derivadas de ellas. Entre los postulados generales de la propuesta figura el que "cualquier actuación debe estar presidida por los principios de respeto absoluto a la persona donante y la ausencia de ánimo de lucro".

En este borrador se propone la consideración de tejido para todas las partes del cuerpo humano, a excepción de los órganos, la sangre, el esperma, óvulos y embriones, así como el pelo, las uñas y la placenta. Tanto la extracción como el implante deberán realizarse en centros sanitarios autorizados para esta actividad, tras descartar mediante todo tipo de pruebas analíticas "la presencia de enfermedades transmisibles conocidas".

Prioridad para España

Con respecto a los bancos de tejidos, se propone que sean "instituciones sin ánimo de lucro, acreditadas y autorizadas por los organismos sanitarios competentes". Todas sus actividades deberán estar permanentemente registradas y serán confidenciales. Las tasas derivadas de su actividad "serán exclusivamente las necesarias para amortizar los gastos generados por la misma" y "no pueden reportar beneficio alguno ni a los responsables del banco ni a sus gestores".

El proyecto da prioridad al uso de tejidos procedentes de bancos españoles sobre los importados. Así, sólo se autorizará la importación en caso de que no se procesen en España o que no estén disponibles en ese momento. Todo, siempre que en el tejido procedente de bancos extranjeros se garantice la procedencia y la realización de todas las pruebas de control exigibles en España.

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