Crítica:

Un diálogo estimulante y creativo

Jan Garbarek y The Hilliard Ensemble

Officium, composiciones sacras. Beata viscera, de Magister Perotinus. Iglesia del Salvador. Sevilla, 5 de octubre.

Las fronteras en música no siempre son previsibles, afortunadamente. En cualquier momento puede surgir un diálogo inesperado que encienda la chispa de la comunicatividad. Es lo que ha sucedido con Officium, sorprendente y estimulante encuentro entre el cuarteto vocal Hilliard y Jan Garbarek, o si se prefiere entre la polifonía y el saxofón, a partir del Oficio de difuntos, de Cristóbal de Morales...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Jan Garbarek y The Hilliard Ensemble

Officium, composiciones sacras. Beata viscera, de Magister Perotinus. Iglesia del Salvador. Sevilla, 5 de octubre.

Las fronteras en música no siempre son previsibles, afortunadamente. En cualquier momento puede surgir un diálogo inesperado que encienda la chispa de la comunicatividad. Es lo que ha sucedido con Officium, sorprendente y estimulante encuentro entre el cuarteto vocal Hilliard y Jan Garbarek, o si se prefiere entre la polifonía y el saxofón, a partir del Oficio de difuntos, de Cristóbal de Morales y otras obras de los siglos XII al XVI fundamentalmente, en sabio juego de afinidades y sugerencias con el jazz culto europeo.Se combinan lo viejo y lo nuevo, la tradición y la modernidad, la estructura del tejido medieval y renacentista, con. sus líneas melódicas perfectamente entrelazadas, con la improvisación de un instrumento relativamente moderno como el saxofón. Se combinan sonoridades. Garbarek movió con libertad y fantasía sus saxofones tenor y soprano, como un pájaro que revolotease por los paisajes, de la historia, redescubriendo con fuerza la belleza de lo evidente.

Más información

El Hilliard Ensemble lució su maestría y dominio estilístico, aprovechando excelentemente la acústica de la iglesia del Salvador de Sevilla, incluso con algún eventual desplazamiento de uno de sus miembros por las naves, explorando así los efectos de la colocación del sonido. Todo es antiguo, evidentemente, y, sin embargo, qué sensación de modernidad, como si el círculo se cerrase y volviésemos al principio.

Receta irresistible

Hablar de calidades interpretativas es subrayar lo obvio. El Hilliard Ensemble es estupendo, Jan Garbarek también. Juntos arrebatan. Además, ninguno prevalece sobre el otro. Es un diálogo de iguales: creativo, respetuoso.

EI concierto comenzó con 20 minutos de retraso debido a la aglomeración de un público mayoritariamente joven que, si bien tardó en calentarse, al final acabó absolutamente entregado. El disco Officium está vendiéndose como rosquillas en Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, lo que hace prever que podemos estar en las vísperas de otro boom como el del gregoriano.

No sería de extrañar. Sencillez, intensidad, sosiego, solidez constructiva y fantasía, son los ingredientes de una receta irresistible. Este Officium los posee sobradamente. Parte del éxito previsible se debe también a Manfred Eicher, inquieto director del sello ECM. De él surgió la idea de juntar la música de Cristóbal de Morales con la de Garbarek.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En