Crítica:TEATRO

Damas de antaño

Recuerdo que esta obra me gustó. ¡Cuánto he cambiado! Se llamaba entonces, hacia 1976, Una orquesta de señoritas; inauguró el teatro Príncipe de Madrid, y llegaba ya con su lógico retraso: Anouilh la había estrenado en 1962 (solamente la llamó L'Orchestre), pero con su suicidio y sus relatos de amantes no era apta para españoles. Ni tampoco era obra de grandes merecimientos dentro de la importancia de su autor. Aquí llamó la atención; apareció dentro del teatro de travestido que de pronto enloqueció a los directores que estaban en plena lucha por asaltar el templo sagrado con s...

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Recuerdo que esta obra me gustó. ¡Cuánto he cambiado! Se llamaba entonces, hacia 1976, Una orquesta de señoritas; inauguró el teatro Príncipe de Madrid, y llegaba ya con su lógico retraso: Anouilh la había estrenado en 1962 (solamente la llamó L'Orchestre), pero con su suicidio y sus relatos de amantes no era apta para españoles. Ni tampoco era obra de grandes merecimientos dentro de la importancia de su autor. Aquí llamó la atención; apareció dentro del teatro de travestido que de pronto enloqueció a los directores que estaban en plena lucha por asaltar el templo sagrado con sus inventos de autores frustrados, y que convertían en hombres a las mujeres de las obras. Todo nos parecía nuevo y rompedor.¿Era yo tan distinto? ¿O la obra ha envejecido más que yo? Las dos cosas. Ha habido mucho teatro después. Todos hemos aprendido algo: incluso yo. Hasta esta obra. Los comediantes de Buenos Aires que la reponen ahora, han aprendido a rebajar, reducir, exagerar, para ganar un público que tampoco es el mismo. Tienen todavía algún superviviente de los Comediantes de San Telmo que la estrenaron aquí: pero tienen también más miedo a la angustia del teatro vacío, al mes de agosto, al público; creo yo, sin más apoyo que la mentira piadosa del recuerdo que la han encanallado, rebajado. Entonces ya la versión -de Carlos la Rosa: el que en este reparto hace de Patricia, primer violín- estaba como reescrita, como refundida; la agria tragicomedia y el lenguaje cruel de Anouilh se había ido en groserías, insultillos, argentinismos, charleta femenina en el mal sentido; me parece que ahora se ha exagerado. Cuesta encontrar al autor francés dentro de ello. También es más corta que su original, que era ya una pieza pequeña, y se alarga con mímicas. El director, Jorge Butrón no ha renunciado, tampoco, a exagerar los gestos, a hacer más circenses a los personajes. Para hacer reír.

Los comediantes de Buenos Aires

Orquesta de señoritas, de Jean Anouilh (L'Orchestre, 1962), versión: Carlos la Rosa. Intérpretes: Pepe Pascual, Jorge Roelas, Alberto Magallares, C. la Rosa, Ignacio Alonso, Ángel Burgos, Jorge Butrón. Escenografía, iluminación y dirección: Jorge Butrón. Teatro Reina Victoria, Madrid.

Siendo la misma, que ya era una deformación de Anouilh, es otra deformación sobre la que se carga la degeneración del teatro. Quizá con toda razón: lo que a mí no me gusta puede ser, y con bastante lógica, un éxito de público.

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