Nuevo lenguaje musical

Chano Domínguez ha vuelto a Madrid. Cada nueva audición de su música nos convence más de que estamos ante uno de los creadores que se aproximan de manera convincente a un lengua je que participa por igual del jazz y del flamenco, pero no por yuxtaposición -que es lo que vienen haciendo casi todos-, sino por asimilación y síntesis. Chano Domínguez puede hacerlo por que, teniendo mucha experiencia en el jazz, vitalmente procede del flamenco.Es como un viaje de ida y vuelta por el interior de su propia música, en que elementos expresivos del jazz y del flamenco se nutren respectivamente creando u...

Chano Domínguez ha vuelto a Madrid. Cada nueva audición de su música nos convence más de que estamos ante uno de los creadores que se aproximan de manera convincente a un lengua je que participa por igual del jazz y del flamenco, pero no por yuxtaposición -que es lo que vienen haciendo casi todos-, sino por asimilación y síntesis. Chano Domínguez puede hacerlo por que, teniendo mucha experiencia en el jazz, vitalmente procede del flamenco.Es como un viaje de ida y vuelta por el interior de su propia música, en que elementos expresivos del jazz y del flamenco se nutren respectivamente creando una corriente continua en que ya parecieran no poder prescindir uno del otro, manteniéndose incólumes sus elementos más significativos: swing y jondura, feeling y duende. Para poder culminar un empeño así Chano Domínguez necesita un conjunto instrumental de primera línea. Lo tiene, comenzando por su piano, que al margen de sus virtudes interpretativas adopta con frecuencia el papel de la voz cantaora en el flamenco. Javier Colina convirtió una vez más el contrabajo en instrumento flamenco imprescindible.