Aprender de Hollywood

Delon, Mastroianni, Sofía Loren, Romy Schneider, Brigitte Bardot, fueron el tirón europeo hasta su declive en los años setenta. "Los grandes mitos los ha creado el star system. Si no hay estrellas, no hay espectadores ", afirma José María Otero, director de la Fundación Procine, que engloba a los productores españoles. "Hay que crear estrellas europeas que llenen salas, y para ello hace falta trabajo de marketing, como hacen los americanos añade Otero, que recuerda: "En EE UU, un presupuesto de promoción puede igualar o ser mayor que el de producción".Los cinco autores del...

Delon, Mastroianni, Sofía Loren, Romy Schneider, Brigitte Bardot, fueron el tirón europeo hasta su declive en los años setenta. "Los grandes mitos los ha creado el star system. Si no hay estrellas, no hay espectadores ", afirma José María Otero, director de la Fundación Procine, que engloba a los productores españoles. "Hay que crear estrellas europeas que llenen salas, y para ello hace falta trabajo de marketing, como hacen los americanos añade Otero, que recuerda: "En EE UU, un presupuesto de promoción puede igualar o ser mayor que el de producción".Los cinco autores del "documento de reflexión" manejado por la conferencia de Bruselas proponen dos ejemplos significativos: el filme Ana, con Silvana Mangano, en 1951, y Dios creó a la mujer, con Brigitte Bardot, en 1956, que hicieron en Estados Unidos cifras hoy impensables para cualquier, película europea en aquel mercado. Ana consiguió cuatro millones de dólares de entonces, lo mismo que cinco años más tarde el filme de Vadim.

Los productores, agrupados en au Federación Internacional (FIAPF), han elaborado documentos críticos contra el Libro Verde y el "texto de reflexión": "No hay buenos filmes sin talento, y no hay filmes sin medios económicos". "En Europa faltan medidas políticas más que económicas", dice Pedro Pérez, presidente de la Federación de Productores y asistente a Bruselas.

En una reunión europea celebrada el pasado mes de abril, la FIAPP propuso, con vistas a Bruselas, la creación de potentes consorcios europeos de distribución, que serían plataforma de lanzamiento para la promoción y producción de películas capaces de penetrar incluso en el mercado norteamericano.

Para los productores, ésta es la clave y solicitan un fondo de mil millones de ecus a devolver en 10 años, que permita la financiación de tres grandes consorcios. Estas empresas tendrían que cumplir varias condiciones: implantarse en todos los países de la UE y extender sus redes de distribución en cine, vídeo y televisión; disponer de un catálogo de derechos de filmes sobre toda Europa; que el capital no europeo no sobrepase el 20 o 30%, y estar ligadas a "talentos de creación".

Creen los productores que, por muchas medidas que se tomen a nivel europeo, es cada país el que tiene que poner en marcha estos proyectos y legislar en este sentido. A pesar del escepticismo con que acudió a la reunión de Bruselas, Pedro Pérez piensa que habrá que sacar provecho de las presidencias semestrales de Francia y España en 1995 para sacar del atasco al audiovisual. "La solución en España es agilizar las coproducciones, uniendo económica y no sólo jurídicamente mercados para así poder hacer películas competitivas".