Crítica:

Sordomuda en peligro

Desde que existe el cine, a los actores les ha encantado lucirse haciendo papeles de disminuidos físicos, mientras que los guionistas y directores han disfrutado colocándoles en situaciones de peligró de las que consiguieran salir airosos anteponiendo su inteligencia a sus defectos.La gran ventaja de Marlee Matlin es que realmente es sordomuda, por lo que su peculiar manera de hablar resulta tan real como creíble. Sin embargo, se convierte en una clara desventaja cuando es doblada de una manera rutinaria, llegando el realismo bordear el ridículo.

Así ocurre en ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde que existe el cine, a los actores les ha encantado lucirse haciendo papeles de disminuidos físicos, mientras que los guionistas y directores han disfrutado colocándoles en situaciones de peligró de las que consiguieran salir airosos anteponiendo su inteligencia a sus defectos.La gran ventaja de Marlee Matlin es que realmente es sordomuda, por lo que su peculiar manera de hablar resulta tan real como creíble. Sin embargo, se convierte en una clara desventaja cuando es doblada de una manera rutinaria, llegando el realismo bordear el ridículo.

Así ocurre en Sombras en el silencio, un torpe policiaco malamente rodado por Robert Greenwald sobre un guión que se limita a situar a la sordomuda protagonista en similares situaciones de peligro, de las que una y otra vez sale triunfadora.

Sombras en el silencio

Director: Robert Greenwald.Guionistas: R. M. Badat y Kathleen Rowell. Fotografía: Steven Shaw. Música: Graeme Revell. Estados Unidos, 1993. Intérpretes: Marlee Matlin, D. B. Sweeney y Martin Sheen, John C. McGinely. Estreno en Madrid: Cid Campeador, Aluche, Albufera, Mulficines Picasso, Alcobendas, Multicines Pozuelo, Parquesur, Multicines Villalba y Alcalá Multicines.

Sus principales defectos residen en repetir una y otra vez la misma situación de peligro, estar realizada cada una con mayor torpeza que la anterior y tener un guión tan burdo que no sólo el malo es quien menos podía imaginarse, sino que incluso en un último esfuerzo por prolongar la intriga los muertos resucitan.Sombras en el silencio es la palpable demostración de que Robert Greenwald es uno de los directores más ineptos del reciente cine norteamericano.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En