Entrevista:

"La escritura es como el fútbol, las jugadas te salen sin pensar"

Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934) está siempre a medio camino entre el mundo del cine y de la literatura, aunque se confiesa básicamente fiel a la escritura. Pese a ello, hacía 13 años que no publicaba y se ha decidido a romper el silencio con un libro de relatos, El asesino triste (Alfaguara), que estos días firmará en la Feria del Libro de Madrid.

Pregunta. ¿Por qué un silencio literario tan largo?



Respuesta.
No lo sé. El director de Alfaguara, Juan Cruz, tuvo la culpa de este libro. A partir de un relato que publiqué en EL PAÍS en 1986, me pidió...

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Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934) está siempre a medio camino entre el mundo del cine y de la literatura, aunque se confiesa básicamente fiel a la escritura. Pese a ello, hacía 13 años que no publicaba y se ha decidido a romper el silencio con un libro de relatos, El asesino triste (Alfaguara), que estos días firmará en la Feria del Libro de Madrid.

Pregunta. ¿Por qué un silencio literario tan largo?

Respuesta. No lo sé. El director de Alfaguara, Juan Cruz, tuvo la culpa de este libro. A partir de un relato que publiqué en EL PAÍS en 1986, me pidió más cuentos y he tardado un poco. De todas formas nunca dejo de escribir, creo que es lo único que hago con constancia en mi vida.

P. La Feria es un buen momento para dar a conocer el libro.

R. No lo sé. Lo que menos me divierte es la perspectiva de tener que firmar en una caseta por primera vez en mi vida. Hasta el punto de que anteayer estuve en el zoológico viendo a los animales, observando las diferentes actitudes que se pueden tener desde una jaula. La del gorila me pareció la más digna, aunque también es la más despectiva. Dudaba entre el gorila y el dromedario.

P. No le creía tan tímido.

R. Los tímidos nos pasamos la vida disimulando, ocultando nuestro miedo a la gente. Pero es algo que me inquieta, y hay una injusticia básica, porque a veces no ponen el libro en el escaparate y sí ponen al autor. De todas maneras, espero superar la prueba.

P. Suele ser una buena oportunidad para hablar con sus lectores.

R. Ya. Pero para eso están también los coloquios, donde la timidez opera al contrario. Cuando llega el momento de las preguntas, se congelan y la gente espera al final para hacértelas a solas. Son los tiempos que vivimos, aunque me resulta inquietante, porque parece que lo que más gusta de la literatura es ese último reducto de libertad en el que te expresas sin que nadie te vea e interrumpa, cobardemente. No es como en el cine, que estás condenado a dar la cara aunque sea desde la pantalla. Escribes el libro y luego te olvidas. No hay nada que más me pasme que oír a alguien que cita algo de algún libro mío, porque no me reconozco .

P. ¿Le cuesta más escribir un guión o un cuento?

R. Todo me cuesta. Y es algo con lo que disfruto sólo a ráfagas. Es como el fútbol, que te llega el balón y la jugada tiene que salirte sin pensar. Como en el cine, con la escritura puedes dominar la técnica, pero el chispazo imaginativo se debe mucho a la casualidad. Hay que perseverar mucho y yo soy muy inconstante.

P. Puede que esa pereza sea la causa de que se quede en el relato y no llegue a desarrollar una novela.

R. Es cierto que soy sospechoso de no perseverar, pero para mí el cuento sería un idilio y la novela un matrimonio. Yo, que estoy casado hace más de treinta años con la misma mujer, me lanzo al relato con el gusto de la aventura amorosa.

P. ¿Alguno de estos relatos se convertirá en guión?

R. No lo creo.

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