Crítica:

Un clásico infantil

El jardín secreto (1910), obra de la escritora inglesa Frances Hodgson Burnett (1849-1924), fue ya convertida en una buena película Metro-Goldwyn-Mayer en 1949 por el productor y director Clarence Brown. Esta nueva versión, producida por Francis Ford Coppola y dirigida por Agnieszka Holland, guionista de la irregular Europa, Europa (1990), ofrece un resultado interesante, con una primera parte excelente, una central irregular y un buen final.La historia de la dura huérfana Mary Lennox, que a los 10 años viaja desde la India, tras perder a sus padres, a la misteriosa...

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El jardín secreto (1910), obra de la escritora inglesa Frances Hodgson Burnett (1849-1924), fue ya convertida en una buena película Metro-Goldwyn-Mayer en 1949 por el productor y director Clarence Brown. Esta nueva versión, producida por Francis Ford Coppola y dirigida por Agnieszka Holland, guionista de la irregular Europa, Europa (1990), ofrece un resultado interesante, con una primera parte excelente, una central irregular y un buen final.La historia de la dura huérfana Mary Lennox, que a los 10 años viaja desde la India, tras perder a sus padres, a la misteriosa mansión victoriana de un desconocido tío, funciona bien en la medida que su intérprete, la jovencísima Kate Maberly, tiene una penetrante mirada y una impresionante voz que dan mucha fuerza a su personaje. De manera que la primera parte, cuando todo el peso de la historia descansa sobre sus hombros, tiene una rara perfección.

El jardín secreto

Directora: Agnieszka Holland. Guionista: Caroline Thompson. Música: Zbigniew Preisner. Fotografía: Roger Deakins. EE UU, 1993. Intérpretes: Kate Maberly, Heydon Prowse, Andrew Knott. Estreno en Madrid: Roxy B, Cid Campeador, Aluche y Princesa.

Pero una vez que la pequeña Mary Lennox ha descubierto todos los secretos de la casa de su tío, baja bastante la calidad de El jardín secreto. Agnieszka Holland hace aflorar sus delirios estéticos, y con sus excesos visuales y musicales llega a caer en la cursilería, como, por ejemplo, en las escenas concernientes a la llegada de la primavera. Sin embargo, logra salir del bache, que la historia vuelva a remontar en la parte final, y El jardín secreto llegue a ser una atractiva producción especialmente dedicada al público infantil.

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