LA JUNTA DE BANESTO

Banesto aprueba pedir responsabilidades a Conde

Una larga y tensa junta de accionistas da vía libre al plan de saneamiento propuesto por Sáenz

Banesto volvió ayer a la senda de la normalidad. Pero fueron necesarias más de nueve horas de tensa y crispada asamblea -la junta más larga que se recuerda- para dar salida a toda la irritación acumulada por los accionistas durante los últimos tres meses, tras descubrir que el banco había sufrido unas pérdidas de 605.000 millones de pesetas y que sus títulos se habían devaluado un 60%. Al final, después de más de 50 intervenciones de pequeños accionistas, llenas de indignación y constantes alusiones a "el timo", "la estafa" o "el engaño" del anterior equipo gestor, la junta aprobó por aplastan...

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Banesto volvió ayer a la senda de la normalidad. Pero fueron necesarias más de nueve horas de tensa y crispada asamblea -la junta más larga que se recuerda- para dar salida a toda la irritación acumulada por los accionistas durante los últimos tres meses, tras descubrir que el banco había sufrido unas pérdidas de 605.000 millones de pesetas y que sus títulos se habían devaluado un 60%. Al final, después de más de 50 intervenciones de pequeños accionistas, llenas de indignación y constantes alusiones a "el timo", "la estafa" o "el engaño" del anterior equipo gestor, la junta aprobó por aplastante mayoría (el 98%) el plan de saneamiento propuesto por el nuevo equipo gestor que preside Alfredo Sáenz y la presentación de la acción social de responsabilidad contra el anterior presidente, Mario Conde, y el resto de exconsejeros. El ex presidente tiene una póliza de cobertura de responsabilidad civil de 10.000 millones de pesetas, suscrita con La Unión y el Fénix. Posteriormente, el presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, matizó que " esta póliza no se puede aplicar en caso de que se demuestre que el suscriptor ha ido contra la ley".

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El 10%, en contra

Los accionistas presentaron 15 acciones sociales de responsabilidad, pero 13 se retiraron. La respaldada por la junta fue la que presentó Luis Pineda (presidente de la asociación de usuarios de banca Ausbanc). Esta propuesta salió adelante con el voto en contra el 10% de los accionistas del banco, entre los que se encuentran casi todos los ex consejeros que delegaron su voto, entre ellos el fondo Corsair, gestionado por J. P. Morgan. La junta rechazó otra petición, que abogaba por extender las responsabilidades a todos los consejeros de Banesto en la era Conde.A la asamblea, celebrada en un pabellón del Recinto Ferial Juan Carlos I de Madrid, asistieron más de 6.500 personas, aunque sólo 2.060 de los asistentes eran accionistas representados personalmente. Estuvo presente o representado el 74,4% del capital del banco, del que Sáenz controlaba el 73%. La asamblea vivió momentos especialmente tensos cuando algunos accionistas pusieron en duda el mecanismo por el que la presidencia había obtenido la delegación de votos -se habló de "chantaje" por parte de las redes de oficinas- y algún accionista anunció su voluntad de impugnar los acuerdos. Sáenz retó a los que le acusaban a que lo sostengan en los tribunales.

El grueso de intervenciones fue un rosario de quejas de pe

queños inversores y empleados a causa de los ahorros perdidos. Palabras llenas de pesimismo y con muy poco convencimiento de que pudieran cambiar nada. Antonio García Fernández, dirigente de UGT, habló en nombre de los sindicatos para expresar su apoyo al plan de saneamiento tras conseguir que no haya planes de ajuste traumáticos.

El gran debate jurídico que habían anticipado muchos observadores quedó reducido a la mínima expresión. Uno de los momentos más crispados se registró a las 16.15 horas -la junta empezó a las 12.00- con ocasión de la segunda intervención de Enric Casany, presidente de la Asociación para la Defensa del Accionista, que montó el número por la limitación de las intervenciones a cinco minutos que había impuesto poco antes el presidente cuando todavía quedaban más de 40 peticiones de palabra pendientes.

El presidente, que fue repetidamente criticado por proceder de un banco de la competencia y no ser accionista de Banesto, recibió un cálido aplauso cuando dijo, como de pasada, que era accionista del banco desde hacía 20 años. Sáenz subrayó que en ningún momento ni él ni ningún miembro del consejo (representantes de los otros grandes bancos) han dado información a sus entidades sobre Banesto. "Es injusto e incierto, cuando no malévolo", aseveró Sáenz al contestar a los que le acusaban.

Diagnóstico optimista

Alfredo Sáenz hizo una descripción detallada del quebranto de Banesto y argumentó la conveniencia de aprobar el plan de saneamiento. Explicó que con estas pérdidas y unos recursos propios de 360.000 millones, el patrimonio de la sociedad había quedado con un saldo negativo de 245.000 millones. Añadió que en pura ortodoxia financiera, si los accionistas aportaran esta cantidad de 245.000 millones, para equilibrar el balance, el valor de las acciones seguiría siendo cero. A pesar de ello, señaló que con las ayudas del Fondo de Garantía de 285.000 millones era suficiente una rebaja del nominal de las acciones de 700 a 400 pesetas para reflotar la entidad . Sáenz, entonces, destacó: "Hemos defendido bien los intereses del accionista al poner un valor de 400 pesetas cuando técnicamente vale cero". A pesar de todo, Sáenz hizo un diagnóstico optimista y aseguró que Banesto "volverá al lugar preeminente que siempre ocupó".Fue un discurso sobrio con lenguaje de gestor. Pero no dejó pasar la oportunidad de desmarcarse y criticar al anterior equipo. Frente a "la década pasada, que fue la década de las alegrías informáticas y la ingeniería financiera", pronosticó el regreso a la banca tradicional.

"Reparar los daños causados"

La acción social de responsabilidad, que dará paso a una demanda en los Juzgados en el plazo de 30 días, va dirigida "contra aquellos administradores de Banesto que ostentaban tal cargo el 27 de diciembre de 199Y. La acción se entablará "a fin de que se declare la obligación solidaria de reparar el daño causado por actos contrarios a la Ley, o a sus estatutos, así como por los realizados sin la diligencia con la que los administradores hubieran debido desempeñar".Tras esta decisión mayoritaria, los ex consejeros "quedan definitivamente destituidos de los cargos que ostentaban". Conde y los ex consejeros tienen abiertos cuatro frentes: el civil (acción social de responsabilidad), el contencioso-administrativo (expediente del Banco de España), el penal (investigación del fiscal general del Estado) y el parlamentario (comisión de seguimiento). El desarrollo de estos procesos puede llevar, en teoría, a pagar fuertes multas e, incluso, a la cárcel.

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