"Hemos cortado todos los gastos"

"Con las regulaciones de empleo hemos gastado nuestro paro. No nos queda nada. Ni trabajo, ni futuro, ni moral". Amador González Oblavé es de los benjamines de Santana Motor. Tiene 35 años y comenzó a trabajar como soldador hace 17 años. Justos los años que hace que no entra nadie en la plantilla de Santana. Natural de Torrequebradilla, a 30 kilómetros de Linares, vino al centro urbano de la comarca para estudiar formación profesional y "colocarse" en Santana, el pulmón económico de la provincia con menos renta per cápita de España.Y si me despiden, ¿adónde voy? No hay a donde ir. Se pregunta ...

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"Con las regulaciones de empleo hemos gastado nuestro paro. No nos queda nada. Ni trabajo, ni futuro, ni moral". Amador González Oblavé es de los benjamines de Santana Motor. Tiene 35 años y comenzó a trabajar como soldador hace 17 años. Justos los años que hace que no entra nadie en la plantilla de Santana. Natural de Torrequebradilla, a 30 kilómetros de Linares, vino al centro urbano de la comarca para estudiar formación profesional y "colocarse" en Santana, el pulmón económico de la provincia con menos renta per cápita de España.Y si me despiden, ¿adónde voy? No hay a donde ir. Se pregunta y se responde automáticamente. Casado con Dolores Lombano, tiene dos hijas, Ana, de ocho años, y Elena, de cinco; han recortado todos los gastos. "Por lo menos he pagado el piso, a base de sacrificio". Según Amador, su mujer no es consciente de la gravedad de la situación. "Quizá se resista a admitir la realidad, como nos ocurre un poco a todos. Esto es sólo una pesadilla".

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Amador, si es despedido, se plantea vender el piso, aunque sabe que perderá mucho valor, porque nadie querrá comprar. Opina que las condiciones impuestas por los japoneses son inadmisibles, pero añade que "prefiero una Santana con 941 trabajadores que cerrada". El matrimonio González Lombano tiene el miedo en el cuerpo y ha restringido los gastos al máximo. Los de la comunión de Ana, prevista para el próximo mes de mayo, se reducirán sensiblemente.

Hasta ahora, con las 125.000 pesetas netas mensuales que cobra Amador, la familia ha vivido "sin apreturas, pero sin lujos". Reconoce que, como tantos otros, temporalmente hace chapuzas para poder pagar los extras. Tienen un Fiat Regata desde hace siete años "que tiene que durar muchos años más". Amador ha echado cuentas y dice que, si le despiden, le indemnizarían con poco más de 1,5 millones de pesetas. "Con eso no puedo iniciar ninguna aventura". Ni siquiera le queda el recurso de la vuelta al pueblo, donde apenas hay posibilidades. Amador afirma ser una persona dura y con el temperamento muy estable, aunque reconoce que el sistema nervioso comienza a alterarse y la noche le viene larga para dormir. Amador, que procede de familia minera, recuerda el antiguo esplendor de Linares, el pueblo "más atrevido y valiente para gastar dinero de la región".

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