Noruega cierra su acuerdo pesquero y corona su negociación de adhesión a la Unión Europea

Noruega cerró en la madrugada de hoy su acuerdo de adhesión a la Unión Europea (UE) y se sumó a Austria, Finlandia y Suecia, que ya habían culminado con éxito las negociaciones de adhesión hace 15 días. Los negociadores comunitarios resolvieron ayer las últimas vueltas a la complicada ecuación que permitirá aumentar las capturas de bacalao ártico a los pesqueros españoles y portugueses, de forma que el ministro noruego de pesca, Jens Henry Olsen, no se viera obligado a desmentir su frase: "Ni un sólo pescado más". Sin embargo, anoche quedó descartada totalmente la posibilidad de alcanzar un ac...

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Noruega cerró en la madrugada de hoy su acuerdo de adhesión a la Unión Europea (UE) y se sumó a Austria, Finlandia y Suecia, que ya habían culminado con éxito las negociaciones de adhesión hace 15 días. Los negociadores comunitarios resolvieron ayer las últimas vueltas a la complicada ecuación que permitirá aumentar las capturas de bacalao ártico a los pesqueros españoles y portugueses, de forma que el ministro noruego de pesca, Jens Henry Olsen, no se viera obligado a desmentir su frase: "Ni un sólo pescado más". Sin embargo, anoche quedó descartada totalmente la posibilidad de alcanzar un acuerdo sobre el sistema de voto en el Consejo de Ministros, cuestión que los ministros de Exteriores seguirán discutiendo dentro de una semana en Bruselas, con todos los calendarios y previsiones ya quemados y agotados.

El acuerdo pesquero supone el adelantamiento de la plena integración de España y Portugal a política pesquera común como más tarde el 1 de enero de 1996, de la que estaban excluidos en sus tratados de adhesión hasta el año 2.003. Un documento anejo a los tratados de adhesión recogerá el compromiso político del Consejo de Ministros y de la Comisión de obtener la aprobación de la supresión del período transitorio antes del 31 de diciembre de 1994. España y Portugal, los dos países afectados, cuentan con la posibilidad de rechazar los tratados en sus parlamentos nacionales o no depositar los instrumentos de adhesión -los documentos debidamente rubricados y cumplimentados- en caso de que no se ejecute el compromiso.La ecuación que permite alcanzar entre 12.600 toneladas de pescado ártico el año próximo y 14.100 en 1998 combina la compra de derechos de acceso a caladeros rusos por parte de la Comisión, la cesión de cuotas danesas en Canadá, el adelanto de las cuotas del acuerdo del Espacio Económico Europeo y la concesión de cuotas de descartes o morralla, que hasta ahora debía ser retornado al mar.

Estas cantidades de pescado deben dividirse entre los países de la cohesión -España, Portugal, Irlanda y Grecia- en proporciones que no han sido todavía aclaradas y negociadas. España pedía, para ella sola, 7.000 toneladas en concepto. de derechos históricos y 7.000 toneladas más en concepto de cohesión.

'No peces'

El secretario del Ministerio de agricultura y Pesca español, José Gloria, celebró el acuerdo como satisfactorio y declaró: "De ese no peces de Noruega, hemos pasado a tener pescado en aguas noruegas".No había visos de acuerdo, en cambio, respecto al nuevo sistema de votación que deberá regir el Consejo de Ministros en el momento en que se cuenta con 16 socios. No hubo ayer movimientos de ninguna de las dos partes, los que quieren subir el listón de votos necesarios para bloquear una decisión frente a quienes como España y el Reino Unido quieren mantenerlo en el actual umbral, que permite impedir una decisión cuando dos países grandes y uno pequeño se ponen de acuerdo. Varios ministros de Exteriores expresaron ayer su desaliento ante el callejón sin salida en que parece haberse metido la UE, precisamente en el momento en que necesitaba ofrecer un mensaje de esperanza y de futuro.

Los más negros nubarrones se cernían ayer por la tarde sobre el capítulo institucional, en el que no se han modificado las posiciones de ninguna de las partes. Para el ministro danés Niels Helveg Petersen la responsabilidad es casi exclusiva del Gobierno británico. "No nos suscita ninguna simpatía el señor Major con sus problemas interiores", aseguró. Idéntico punto de vista sostienen otros países, que hacen relativa abstracción de la posición española, a la que consideran más flexible.

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El ministro alemán, Klaus Kinkel, explicó que se sentía muy pesimista sobre la minoría de bloqueo" y calificó de "muy difícil" el capítulo pesquero.

Su colega español, Javier Solana, con quien se entrevistó a media tarde, indicó que España llega con ánimo constructivo. "Si encontramos el mismo ánimo en los demás países -añadió- vamos a avanzar, si no es así no amos a llegar hoy a ningún acuerdo". Solana ha mantenido numerosas entrevistas con sus homólogos y con altos funcionarios europeos desde que llegó el lunes por la noche a Bruselas hasta ayer a mediodía, cuando empezó el Consejo.

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, quien es considerado como la estrella del Consejo, no se dignó ni quiera a acercarse a la reunión, o que da una medida de las escasas expectativas de llegar a un acuerdo.

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