TRIBUNALES

10 millones para un paciente operado de prostata que sufrió graves secuelas

El Servicio Navarro de Salud y el Insalud han sido condenados por el Juzgado de lo Social número 1 de Navarra a pagar 10 millones de pesetas a A. S., un paciente que tras ser intervenido de próstata en el hospital Virgen del Camino de Pamplona en septiembre de 1986 sufrió fuertes secuelas que le llevaron al quirófano en otras tres ocasiones y le produjeron adicción a ciertos medicamentos, depresiones profundas y fuertes dolores sobre los que aún recibe tratamiento.El paciente, que tenía 45 años cuando fue operado por primera vez, presentó una querella asegurando que no se le informó debidament...

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El Servicio Navarro de Salud y el Insalud han sido condenados por el Juzgado de lo Social número 1 de Navarra a pagar 10 millones de pesetas a A. S., un paciente que tras ser intervenido de próstata en el hospital Virgen del Camino de Pamplona en septiembre de 1986 sufrió fuertes secuelas que le llevaron al quirófano en otras tres ocasiones y le produjeron adicción a ciertos medicamentos, depresiones profundas y fuertes dolores sobre los que aún recibe tratamiento.El paciente, que tenía 45 años cuando fue operado por primera vez, presentó una querella asegurando que no se le informó debidamente sobre las características de la intervención ni se le dijo cuáles podían ser las secuelas. Ahora, A. S. recibirá la indemnización de forma solidaria tanto del Servicio Navarro del Salud como del Insalud.

Tras la primera operación, el paciente fue enviado por el Insalud al hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, donde se le aplicó un tratamiento con medicamentos. En 1988 fue enviado al hospital Clínico de Zaragoza, donde fue operado de nuevo.

En enero de 1989 fue remitido al hospital Ramón y,Cajal, donde fue operado por tercera vez en el mes de mayo. Aparecieron entonces nuevos dolores que requirieron tratamiento. En julio de 1990 ingresó en el hospital Valme de Sevilla y sufrió una cuarta intervención. Tras recibir nuevos tratamientos para el dolor, requirió hospitalización en la clínica San Juan de Dios de Pamplona. Como consecuencia de todo ello, a mediados de 1992 se sometió a un tratamiento de desintoxicación de medicamentos.

El tribunal reconoce que algunas de las secuelas son las habituales, pero añade que no se pueden considerar como tales las infecciones recurrentes que obligaron a nuevas intervenciones. A. S. sufrió impotencia sexual e incontinencia urinaria. El Insalud y el Servicio Navarro de Salud han sido condenados "por daños y perjuicios derivados del defectuoso funcionamiento de los servicios médicos en la prestación de asistencia sanitaria".

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