España ha renunciado a que el Euroejército hable español, pero exige el uso del inglés

El Euroejército debe hablar inglés, aunque entre sus socios no figuren ni británicos ni norteamericanos. Así lo piensan los responsables españoles y así lo defenderán en las conversaciones para la incorporación de España al Cuerpo de Ejército Europeo, embrión del futuro brazo armado de, la Unión Europea, que se iniciarán en el mes de febrero y deben estar concluidas para el próximo verano. Por su parte, Bélgica reclama la cooficialidad del neerlandés.

Cuarenta y cinco años de OTAN no pasan en balde y el inglés es hoy el idioma de las Fuerzas Armadas, según los españoles. Paradojas de la...

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El Euroejército debe hablar inglés, aunque entre sus socios no figuren ni británicos ni norteamericanos. Así lo piensan los responsables españoles y así lo defenderán en las conversaciones para la incorporación de España al Cuerpo de Ejército Europeo, embrión del futuro brazo armado de, la Unión Europea, que se iniciarán en el mes de febrero y deben estar concluidas para el próximo verano. Por su parte, Bélgica reclama la cooficialidad del neerlandés.

Cuarenta y cinco años de OTAN no pasan en balde y el inglés es hoy el idioma de las Fuerzas Armadas, según los españoles. Paradojas de la historia, España, el último país en incorporarse a la Alianza, actúa como principal defensora de la lengua atlántica. El idioma es el mayor escollo con que tropieza el Euroejército.El proyecto, lanzado por el presidente francés François Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl en la cumbre franco-alemana de La Rochelle, en mayo de 1992, de crear un Cuerpo de Ejército integrado por 50.000 militares, contaba con dos idiomas oficiales: los de sus fundadores.

Bélgica, que decidió su incorporación el pasado 25 de junio, coincidiendo con la presidencia belga de la CE, exigió igualdad de trato para su otro idioma oficial: el neerlandés. "No puedo imaginarme tener que recurrir a un intérprete para dar órdenes", advirtió el jefe del Estado Mayor del Eurocuerpo, el general francés François Clerc.

Ante la amenaza de convertir el Eurocuerpo en una torre de Babel, se ha acordado una fórmula que satisface a los belgas, preocupados por su cohesión interna y por el divorcio entre las comunidades francófona y flamenca, pero que, según fuentes españolas, no iguala al neerlandés con el alemán o el inglés. Se trata de que se haga traducción al neerlandés cuando haya traducción al francés o alemán, lo que no ocurrirá normalmente, dado el carácter bilingüe de los mandos. Menos nacionalista en sus planteamientos, España no reclama la cooficialidad del castellano y se conforma con que se use en actos y documentos oficiales.

Militares políglotas

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España tiene otra reclamación menos chovinista: exige que el inglés sea idioma de trabajo y pueda sustituir a cualquiera de las otras lenguas en el uso diario. España alega que los demás socios sólo han de conocer una lengua extranjera, mientras que a los militares españoles, orgullosamente aislados hasta hace una década, se les pide que sean políglotas.

Al menos, deberán serlo los doce suboficiales y oficiales, entre ellos un general, que el Ejército español destinará al cuartel general del Euroejército, constituido el 5 de noviembre en Estrasburgo (Francia). Modesta en sus pretensiones, España no aspira a ocupar, ni siquiera con carácter rotativo, la jefatura del Cuerpo de Ejército, que ostenta el general alemán Helmut Willmann, aunque sí algún puesto destacado en el Estado Mayor.

No en vano, su aportación es menor que la de los demás socios: una brigada (3.500 hombres) española, frente a una división (10.000) de cada uno de los otros tres países. El Gobierno decid¡ó el 10 de diciembre que la unidad asignada al Eurocuerpo permanecerá en territorio español y sólo saldrá al extranjero para maniobras o cumplir su misión.

La fórmula de cesión del mando de la unidad, aún por discutir, deberá hacer compatibles los compromisos de España con la OTAN y el acuerdo alcanzado en enero de 1993 entre el Eurocuerpo y la Alianza. Así, el Cuerpo de Ejército se pondrá a la orden del mando aliado en caso de conflicto en Europa.

La brigada española, en vía muerta

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