Cartas al director

Integración y dignidad

Cincuenta madrileños ex toxicómanos y enfermos de sida se encuentran totalmente desprotegidos y sin ningún apoyo económico, exceptuando la ayuda que reciben de la Asociación Lucien J. Engelmajer, que los acoge, alimenta y trata tanto de su toxicomanía como de su problema de sida.Somos un grupo de 50 enfermos de sida, entre los 800 que acoge esta asociación, que tenemos en común, por otra parte, el ser todos vecinos de Madrid y haber sido acogidos en rehabilitación por nuestra toxicomanía a través de los CAD del Ayuntamiento madrileño, beneficiándonos de una subvención en la Asociación Lucien J...

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Cincuenta madrileños ex toxicómanos y enfermos de sida se encuentran totalmente desprotegidos y sin ningún apoyo económico, exceptuando la ayuda que reciben de la Asociación Lucien J. Engelmajer, que los acoge, alimenta y trata tanto de su toxicomanía como de su problema de sida.Somos un grupo de 50 enfermos de sida, entre los 800 que acoge esta asociación, que tenemos en común, por otra parte, el ser todos vecinos de Madrid y haber sido acogidos en rehabilitación por nuestra toxicomanía a través de los CAD del Ayuntamiento madrileño, beneficiándonos de una subvención en la Asociación Lucien J. Engelmajer de seis meses.

Los seis meses han pasado para todos nosotros y ninguna aportación económica es recibida por la institución que nos acoge, lo cual crea un problema insostenible. Aun considerando que nuestro problema de toxicomanía estuviese resuelto, que no lo está, quedaría el sida, del cual, lamentablemente, no se conoce ningún remedio definitivo.

Somos 50 personas en un estado de inmunodepresión severo, la mayor parte de ellas habiendo sufrido una o varias infecciones oportunistas, con lo cual nuestras posibilidades de integración social se han reducido al mínimo.

Nuestro estado de salud necesita de condiciones especiales y específicas donde nos sintamos aceptados y participemos en tareas físicas o intelectuales que mantengan nuestro nivel de utilidad a los compañeros y a la sociedad en general.

Esas condiciones sólo las obtenemos en los centros de rehabilitación y Espacios de Salud para enfermos de Sida, que la Asociación Lucien J. Engelmajer y la Asociación de Derechos y Deberes de los Positivos y Víctimas del Sida (Addepos) dispone.

La falta de subvenciones a dichas asociaciones nos mueve a reclamar lo que nos es debido como enfermos graves, es decir, el mínimo necesario para mantener nuestra esperanza de vida al máximo y la dignidad que, como seres humanos y ciudadanos españoles, nos corresponde.

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Estamos dispuestos a mantener nuestra lucha y nuestra llamada a la conciencia social el tiempo que sea necesario con ésta y otras movilizaciones.-

En representación de los padres de ex drogadictos de la Asociación Lucien J. Engelmajer.

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