Francia modifica su Constitución para adaptarla a la política europea de asilo

El Consejo de Estado francés, máxima autoridad administrativa del país, dio luz verde ayer a la necesidad de revisar la Constitución para adaptarla a lo dispuesto en los acuerdos europeos de Schengen sobre derecho de asilo político. Esa reforma, deseada por el primer ministro gaullista, Edouard Balladur, pero no por el presidente socialista, François Mitterrand, podrá hacerse sin necesidad de recurrir al referéndum. Si Balladur consigue la luz verde de Mitterrand, bastará con que las dos cámaras del Parlamento aprueben en una asamblea conjunta los retoques a la Constitución.El pasado 13 de ago...

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El Consejo de Estado francés, máxima autoridad administrativa del país, dio luz verde ayer a la necesidad de revisar la Constitución para adaptarla a lo dispuesto en los acuerdos europeos de Schengen sobre derecho de asilo político. Esa reforma, deseada por el primer ministro gaullista, Edouard Balladur, pero no por el presidente socialista, François Mitterrand, podrá hacerse sin necesidad de recurrir al referéndum. Si Balladur consigue la luz verde de Mitterrand, bastará con que las dos cámaras del Parlamento aprueben en una asamblea conjunta los retoques a la Constitución.El pasado 13 de agosto, el Consejo Constitucional señaló la existencia de una contradicción entre la Carta Magna francesa, que concede a cualquier persona perseguida por razones políticas el derecho a presentar en Francia una solicitud de asilo, y los acuerdos de Schengen. Estos acuerdos, recogidos en la ley sobre control de flujos migratorios elaborada por el ministro del Interior, Charles Pasqua, establecen que el ciudadano no comunitario que vea rechazada su demanda de asilo en uno de los países firmantes no podrá presentarla en los demás.

La fórmula que Balladur propondrá a Mitterrand es la introducción de un nuevo artículo, en el título XIV de la Constitución relativo a la Unión Europea, que precisará que cuando Francia ha firmado con otros países europeos acuerdos sobre política común de asilo no está obligada a examinar las peticiones ya rechazadas por sus socios.

En el Hotel Matignon, sede del primer ministro, se pensaba ayer que Mitterrand no se opondrá a los deseos reformistas de Balladur si era avalados por el Consejo de Estado.

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