Rabin y Arafat aseguran que la paz es inevitable

La paz en Tierra Santa es inminente. Lo malo es que el milagro, aparentemente ya al alcance, todavía no tiene fecha. Ésa era la conclusión que se desprendía anoche de las declaraciones de los principales protagonistas del viejo conflicto árabe-israelí. La hora y el día de la foto del apretón de manos entre Israel y la Organización para la Liberación de palestina (OLP) en los jardines de la Casa Blanca navegaban en la más absoluta incertidumbre. Litigios políticos y complicaciones de procedimiento en el campo palestino anunciaban un atraso.

Nabil Shaat, quizás el mas realista estratega d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La paz en Tierra Santa es inminente. Lo malo es que el milagro, aparentemente ya al alcance, todavía no tiene fecha. Ésa era la conclusión que se desprendía anoche de las declaraciones de los principales protagonistas del viejo conflicto árabe-israelí. La hora y el día de la foto del apretón de manos entre Israel y la Organización para la Liberación de palestina (OLP) en los jardines de la Casa Blanca navegaban en la más absoluta incertidumbre. Litigios políticos y complicaciones de procedimiento en el campo palestino anunciaban un atraso.

Más información

Nabil Shaat, quizás el mas realista estratega de la OLP, reconoció ayer en una entrevista con la cadena de televisión norteamericana CBS que el retraso para la firma puede ser incluso de un mes. El plan para el superlunes existe, pero no se sabe qué lunes. Shaat dijo que es "altamente improbable" que el abrazo entre israelíes y palestinos en la Casa Blanca se produzca el 13 de septiembre, como preven los norteamericanos. Por su parte, los israelíes, al decir de su ministro de Exteriores, Simón Peres, están listos para firmar el pacto ya mismo.Eso sí, algo que estaba claro era que en los próximos días unos y otros difundirán las cartas en las que se reconocen mutuamente. Ese será el gran paso que sacudirá a los escépticos. Tanto el primer ministro israelí, Isaac Rabin, como Yasir Arafat reiteraron ayer que este asombroso proceso de paz es irreversible.

Alentado por el entusiasmo internacional y contando con el pleno apoyo norteamericano, Rabin fue el primero en proclamar que Israel y la OLP van a enterrar el hacha de la guerra en cuestión de unos días. "Nadie tiene otra alternativa, es imposible dar marcha atrás. No hay retroceso", dijo el primer ministro laborista poco antes de comenzar la sesión dominical de su Gabinete.

Arafat, en la primera entrevista concedida a la televisión israelí en toda su vida, fue igualmente categórico. "Se han dado", dijo, "los primeros pasos hacia la paz. Por nuestra parte, no hay retrocesos posibles".

La firmeza de esas declaraciones, hasta hace poco impensables, dio nueva seguridad a los isralíes y palestinos que impulsan el proceso de paz. En ambos campos se trabajaba frenéticamente para dar los últimos toques al proyecto. El objetivo es firmar el pacto en Washington el próximo lunes, en una ceremonia que estaría orquestada por el presidente norteamericano Bill Clinton y a la que asistirían quizás Rabin y Arafat. Se trata de poner en escena una nueva versión del acto de 1979 en el que, delante de Jimmy Carter, el líder egipcio Anuar el Sadat y el israelí Menahem Begin rubricaron la paz entre sus respectivos países.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tras una inesperada escala en El Cairo, Arafat viajó a Damasco para dar detalles del llamado acuerdo Gaza-Jericó primero al presidente sirio Hafez el Asad. Esta visita relámpago a la antigua capital de los omeyas tenía un doble objetivo: apaciguar la oposición siria al proceso de paz y animar a este país a acelerar su incorporación al mismo.

Tras el encuentro, un portavoz del presidente sirio aseguró que correspondía a los propios palestinos decidir por sí mismos si aceptaban la oferta israelí de ejercer el autogobierno en los territorios ocupados, El portavoz de Asad devolvió la pelota al tejado palestino al señalar que los propios palestinos "deben aprobar lo que consideren idóneo". El apoyo o el rechazo sirio es vital para el porvenir de los radicales palestinos que operan desde Damasco y que han criticado ferozmente a Arafat.

Factor clave de este proyecto es el apoyo político de Washington a esta negociación a múltiples bandas y los ofrecimientos de recompensas tangibles que parten de los ricos emires del Golfo Pérsico.

Millones de dólares

Bajo presión norteamericana, los ministros de Exteriores del Consejo de Cooperación del Golfo (formado por Bahrein, Kuwait, Omán, Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos) estudian un plan para desembolsar millones de dólares a fin de apuntalar la economía de Gaza y Jericó, los primeros territorios de los que Israel debe retirarse tras la firma del tratado de paz.

Estados Unidos, Israel y la OLP desean impedir que los múltiples problemas económicos de Gaza y, en menor medida, de Jericó, estropeen los planes de autonomía de los palestinos. Es éste un desafío inesperado para los árabes del Golfo.

En la New Orient House, un vistoso palacete de piedra del Jerusalén árabe, donde los palestinos han instalado un superministerio de la OLP todavía extraoficial, economistas, ingenieros, planificadores y sociólogos trabajaban ayer contra reloj. En las oficinas de Faisal Al-Huseini se elaboraba un manual de acción política, administrativa y económica. Los palestinos trabajaban con ahínco en la planificación de su futura autonomía, y ello incluía desde el diseño de un sistema impositivo, hasta la nueva escala de salarios para los maestros de las escuelas cuyo control heredarán cuando Israel se retire de Gaza y Cisjordania.

Archivado En