Balladur propone reformar la Carta Magna francesa para limitar la ley de asilo

El primer ministro francés, Édouard Balladur, presentó ayer al presidente François Mitterrand un proyecto de ley que reforma la Constitución francesa en lo relativo al derecho de asilo. El primer ministro gaullista y el presidente socialista deben discutir hoy sobre el proyecto, que puede suponer el primer enfrentamiento en la "cohabitación tranquila" que ambos políticos practican desde la pasada primavera. Mitterrand, en principio, no es favorable a restringir el amplio derecho de asilo inscrito en la Carta Magna francesa.

Desde mediados de agosto, Charles Pasqua, ministro del Inte...

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El primer ministro francés, Édouard Balladur, presentó ayer al presidente François Mitterrand un proyecto de ley que reforma la Constitución francesa en lo relativo al derecho de asilo. El primer ministro gaullista y el presidente socialista deben discutir hoy sobre el proyecto, que puede suponer el primer enfrentamiento en la "cohabitación tranquila" que ambos políticos practican desde la pasada primavera. Mitterrand, en principio, no es favorable a restringir el amplio derecho de asilo inscrito en la Carta Magna francesa.

Desde mediados de agosto, Charles Pasqua, ministro del Interior, y Jacques Chirac, líder del movimiento gaullista, presionaban a Balladur para que se atreviera a presentarle a Mitterrand una reforma constitucional. Pasqua y Chirac se declaran partidarios de que esa reforma sea sometida a referéndum.

Acuerdos de Schengen

El pasado 13 de agosto, el Consejo Constitucional declaró contrarias a la Carta Magna varias disposiciones de la ley propuesta por Pasqua sobre control de la inmigración. La Constitución francesa de 1946 estableció que cualquier persona perseguida por su defensa de la libertad tiene derecho a presentar una petición de asilo político en Francia. La Constitución de 1958 asumió ese principio. En cambio, la ley de Pasqua recoge los criterios de los acuerdos sobre libre circulación de las personas, firmados en Schengen por nueve países europeos.Según esos acuerdos, las personas cuya solicitud de asilo haya sido rechazada por alguno de los países firmantes no podrán presentar una nueva demanda ante ninguno de los otros ocho Estados. Se trata de evitar que alguien intente abusar del derecho de asilo presentando demandas en todos y cada uno de los países europeos. Eso significa que el demandante de asilo rechazado en Alemania, Italia o España no podrá presentar su caso ante las autoridades francesas, lo que contradice la Constitución de este país, que le da el derecho a hacerlo. Esa contradicción, según ha acabado aceptando Balladur, sólo puede resolverse mediante una reforma del principal texto legislativo francés.

Este asunto representa el primer gran problema político e institucional que tienen que resolver Mitterrand y Balladur desde que este último asumió la jefatura del Gobierno tras la victoria del centro derecha en las elecciones legislativas del pasado marzo. Mitterrand no es partidario de restringir la generosa actitud en materia de asilo de la Constitución francesa, y piensa que el Gobierno debe encontrar otros caminos para resolver el problema planteado por la sentencia del Consejo Constitucional.

Francia recibió el año pasado 28.873 peticiones de asilo, una cifra en constante baja desde 1989, año en el que 61.422 personas pidieron refugio declarándose perseguidas por razones de raza, opinión política o religión.

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