SANIDAD

Las medidas contra el sida bajan la incidencia de la hepatitis B

La incidencia de la hepatitis B ha bajado en España de forma significativa en los últimos años, según manifestó ayer Vicente Carreño en la presentación del V Sympósium Nacional de Hepatitis Virales. Carreño afirmó que por "cada diez casos de hepatitis C se ve uno de B"; en este descenso han influido simultáneamente factores como la mayor disponibilidad de la vacuna de la hepatitis B, pero se debe fundamentalmente a las medidas adoptadas para frenar el sida. En este sentido, Carreño recordó que el virus B (VBH) y el de la inmunodeficiencia humana (VIH) comparten las mismas vías de transmisi...

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La incidencia de la hepatitis B ha bajado en España de forma significativa en los últimos años, según manifestó ayer Vicente Carreño en la presentación del V Sympósium Nacional de Hepatitis Virales. Carreño afirmó que por "cada diez casos de hepatitis C se ve uno de B"; en este descenso han influido simultáneamente factores como la mayor disponibilidad de la vacuna de la hepatitis B, pero se debe fundamentalmente a las medidas adoptadas para frenar el sida. En este sentido, Carreño recordó que el virus B (VBH) y el de la inmunodeficiencia humana (VIH) comparten las mismas vías de transmisión.Las hepatitis virales constituyen uno de los principales problemas sanitarios. Las estimaciones cifran en un 1% los españoles infectados por el virus C. Esto, unido al 1% que tiene el virus B, sitúa en un millón las personas que sufren esa infección.

Carreño, director del equipo de investigadores de la Fundación Jiménez Díaz que aisló el primer virus C en Europa, en 1991, señaló que se han detectado. Cuatro tipos distintos de virus C (denominados I, II, III y IV), y existen, al menos, diez subtipos. El virus aislado en Madrid se considera un subtipo del II. De hecho, se ha comprobado que el 70% de los pacientes están infectados por ese virus local similar al tipo II, un 36% por el virus tipo II, aislado en Japón, y sólo un 22% está infectado por el tipo I, localizado en Estados Unidos. La importancia de estos datos radica en que el virus local es el que peor responde al tratamiento, aunque no se sabe por qué.

Hay que tener en cuenta, además, que la hepatitis C es la que más cronifica (50%), evolucionando un 20% de esas hepatitis crónicas a cirrosis hepáticas en diez años. Carreño destacó, no obstante, que se han detectado personas infectadas que no muestran trastornos hepáticos.

Con respecto a estos casos había dudas hasta ahora de si el virus C, detectado en sangre, estaba presente también en el hígado, pero un estudio publicado por Carreño en la prestigiosa revista The Lancet el pasado día 3 confirma esa presencia. "Los pacientes se encontraban perfectamente bien y tenían transaminasas normales. ¿Cómo se explica esto?", se interrogó Carreño. "Aún no lo sabemos", continuó, puede que el sistema inmunológico de esos pacientes neutralice el virus o puede que se trate de un virus mutante que no altera la actividad hepática". Existen incógnitas también sobre las vías de transmisión: un 50% de los casos se producen por vía parenteral, pero se desconoce la vía en el 50% restante.

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