Pensar y narrar

"El ensayo tradicional es una propuesta de orden dentro de las categorías lógicas" dice Enrique Murillo, director literario de Plaza & Janés, "y las categorías lógicas están en crisis".Para Felisa Ramos, directora literaria de Destino y fundadora, hace dos años, de una colección de ensayo que comenzó con El fin del mundo como obra de arte, de Rafael Argullol, y que incluye autores de difícil adscripción, como George Steiner, el ensayo "se está bajando de la torre de marfil", y aborda problemas concretos.

Las grandes corrientes que guiaron el pensamiento en el pasado, como ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"El ensayo tradicional es una propuesta de orden dentro de las categorías lógicas" dice Enrique Murillo, director literario de Plaza & Janés, "y las categorías lógicas están en crisis".Para Felisa Ramos, directora literaria de Destino y fundadora, hace dos años, de una colección de ensayo que comenzó con El fin del mundo como obra de arte, de Rafael Argullol, y que incluye autores de difícil adscripción, como George Steiner, el ensayo "se está bajando de la torre de marfil", y aborda problemas concretos.

Las grandes corrientes que guiaron el pensamiento en el pasado, como el marxismo o el estructuralismo, tienden a ser enterradas, "aunque un poco prematuramente", advierte Felisa Ramos, para quien es previsible un renacimiento de algunas de estas ideas, dentro de unos años, cuando se perciba que un sistema de pensamiento abarca un territorio más amplio y no se agota con un sistema político.

Más información

El hijo 'feo'

Con tiradas que oscilan entre los 2.000 y los 5.000 ejemplares (cifra ésta que mide la edición promedio de una novela literaria), y con adelantos todavía más modestos que en la narrativa, los editores de ensayo observan, no sin cierta sorpresa, cómo el hijo feo de la familia, que era tradicionalmente el ensayo, no lo está haciendo tan mal, sobre todo en una época en la que por ejemplo, a uno de los hijos guapos, como era hasta no hace mucho la novela extranjera, le está saliendo acné. La editorial Crítica, por ejemplo, cuenta las sucesivas ediciones de Historia del tiempo, o de la veterana Historia de España, de Pierre Vilar, según informa la editora María Paz Ortuño.Pero no hay que caer en las viejas categorías, advierte Enrique Murillo. Pues si bien el conocido matrimonio de la novela como pretexto para el ensayo suele ser un fracaso (y además es malo para la novela y para el ensayo), no se puede menospreciar la reflexión que se desprende de ciertas narraciones puras dentro de la novela española.

Capítulo aparte es el de la reflexión en artículos de prensa, que tiene en España una gran fuerza, muy relacionada, a juicio de los expertos, con los nuevos géneros. Es evidente que las nuevas generaciones de pensadores están influidos por la concisión y eficacia propios del lenguaje periodístico.

Con unas pocas excepciones -Rafael Sánchez Ferlosio y Francisco Ayala, entre ellos-, todavía falta sin embargo en España el narrador ensayista, muy implantado en literaturas como la anglosajona. En España el género conoció sin embargo algunos grandes momentos. En este siglo, en las generaciones del 27 y, sobre todo, del 98: tiempos, también, de crisis y perplejidad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En