Insatisfacción socialista por la intervención del presidente

Una mayoría de dirigentes socialistas no ocultan su insatisfacción por la intervención del presidente del Gobierno, Felipe González, frente al líder del Partido Popular (PP), José María Aznar, en el debate del martes sobre el paro. "No estuvo a la altura de otros debates y en la réplica, que es donde se crece, estuvo desganado", fue una opinión bastante extendida ayer entre dirigentes socialistas. Algunos insisten en que "se ha quemado un cartucho", y lo que los socialistas esperaban que fuera una victoria clara en la partida de González contra Aznar "quedó en tablas, aunque no es menos verda...

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Una mayoría de dirigentes socialistas no ocultan su insatisfacción por la intervención del presidente del Gobierno, Felipe González, frente al líder del Partido Popular (PP), José María Aznar, en el debate del martes sobre el paro. "No estuvo a la altura de otros debates y en la réplica, que es donde se crece, estuvo desganado", fue una opinión bastante extendida ayer entre dirigentes socialistas. Algunos insisten en que "se ha quemado un cartucho", y lo que los socialistas esperaban que fuera una victoria clara en la partida de González contra Aznar "quedó en tablas, aunque no es menos verdad que Aznar falló a la hora de ofrecer alternativas al paro".De todos modos, las impresiones de dirigentes de todos los ámbitos socialistas eran ayer algo más tranquilizadoras que las que sufrieron durante las tres primeras horas de debate anteayer en el Congreso. Algunos diputados, incluso a mitad de la tarde, le dijeron al presidente del Gobierno que por qué no entraba al debate, a lo que González respondió que, con poner de manifiesto que Aznar no presentaba alternativa alguna era suficiente por el momento. Estas fuentes indican que no entra entre los planes del presidente entrar, sobre todo en el Parlamento, en una dialéctica de descalificación hacia el Partido Popular y, sobre todo, hacia Aznar.

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Los mismos dirigentes socialistas estiman que Felipe González "controla los tiempos" y "su actuación fría pudo estar medida para no crear expectativas electorales y también por ofrecer una imagen de estabilidad y de ortodoxia ante los países de la CE". Es ese precisamente el mismo argumento que González utiliza ante sus colaboradores próximos para no poner en marcha el comité estratégico de orientación de la campaña. Algunos de ellos lo creen necesario para "articular mensajes entre las federaciones y la dirección del partido, que Felipe González ha asumido directamente".

González seguirá siendo fiel a los ritmos políticos que considera los adecuados y en esta fase no se saldrá de su papel de presidente del Gobierno. De ahí que se resista a aclarar públicamente quién será el coordinador de la campaña electoral y mucho menos formar un comité de campaña porque daría la impresión de que las elecciones están muy próximas. A juicio del presidente del Gobierno, ello podría desdibujar la acción del Gobierno.

El jefe del Ejecutivo ya ha comunicado a distintos miembros del PSOE que Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, será el responsable de la campaña electoral. La última vez que lo hizo fue el pasado viernes en Toledo en una cena privada con varios dirigentes socialistas, entre los que se encontraban el presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, José Bono.

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