El inicio de las obras del túnel de Somport lleva un retraso de tres meses por protestas ecologistas

Las protestas ecologistas francesas consiguieron a finales de 1992 paralizar un proyecto público de extraordinaria envergadura: el túnel de Somport, un agujero de 8,5 kilómetros al Pirineo aragonés para comunicar Francia y España por carretera. 20.000 millones de inversión. La adjudicación de obras tenía que haberse ratificado por Consejo de Ministros en noviembre. Aún no se ha hecho, a pesar de que el titular de Transportes, José Borrell, dijo tras la sentencia de un tribunal de Pau que amparaba a los ecologistas: "En España no habrá retrasos". Aragón se lo ha tomado como otra gran reivindica...

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Las protestas ecologistas francesas consiguieron a finales de 1992 paralizar un proyecto público de extraordinaria envergadura: el túnel de Somport, un agujero de 8,5 kilómetros al Pirineo aragonés para comunicar Francia y España por carretera. 20.000 millones de inversión. La adjudicación de obras tenía que haberse ratificado por Consejo de Ministros en noviembre. Aún no se ha hecho, a pesar de que el titular de Transportes, José Borrell, dijo tras la sentencia de un tribunal de Pau que amparaba a los ecologistas: "En España no habrá retrasos". Aragón se lo ha tomado como otra gran reivindicación.

La carrera por el poder en el país vecino -que culminará a finales de marzo- ha hecho que, ahora, ningún partido quiera perder un voto saliendo en defensa de la obra, más cuando los partidos verdes están en alza total y uno de ellos -Generación Ecología- es el que ha hecho campaña contra el túnel. El Consejo de Ministros español tenía que haber ratificado en noviembre la adjudicación de las obras a un consorcio hispano-francés aprobada en septiembre; pero todavía no se ha decidido a dar el paso de forma unilateral. En suspenso están 20.000 millones de presupuesto; de los cuales, España debe pagar dos terceras partes.En suspenso, un proyecto de 40 meses de obras y lo que Aragón considera su tercer símbolo reivindicatorio, junto al agua del Ebro y la línea ferroviaria de Canfranc, cerrada hace 20 años.

Parece que los que defienden el progreso y los que apuestan por la conservación del patrimonio natural no tienen, una vez más, nada que compartir. La lucha se plantea en términos de vida o muerte. Vida o muerte para los últimos osos pardos que viven en los Pirineos, dicen los ecologistas, que calculan en una docena los plantígrados supervivientes en la zona. Vida o muerte para el desarrollo económico de Aragón, dicen los defensores de la obra. El más activo de los opositores, Eric Petetin, ha entrado en prisión en varias ocasiones por sus protestas.

Multiplicación de camiones

Armando Abadía, alcalde de Jaca, del PP, no se anda con rodeos: "Jaca siempre ha sido pionera en la defensa de las comunicaciones entre Aragón y Francia. De ahí nuestra defensa del túnel. Viene bien a todos. Lo que ocurre ahora es un problema electoral; los verdes están ganando votos y el resto de los partidos no quiere perderlos. Pasadas las elecciones, las obras comenzarán. ¿Los osos? Hay uno o dos, y no se sabe muy bien dónde están".Eduardo Viñuales, portavoz de la sociedad naturalista Medofosa y de los ecologistas españoles que se han solidarizado con los franceses para la salvaguarda del valle de Aspe: "El meollo de la cuestión es que ahora el bien conservado valle de Aspe recibe unos 80 camiones diarios; con el túnel, ese número se multiplicaría por 10". Señala que en Aragón son mayoría los que están a favor del túnel -"el valle de Jaca ya perdió hace tiempo su estado natural"- y que en Francia la opinión está muy dividida, al 50%, más o menos.

La alternativa de los ecologistas: recuperar la línea ferroviaria de Canfranc, abandonada desde los años setenta y que cuenta con un túnel ya hecho. La boca del nuevo túnel también está situada en el término de Canfranc estación. José Marraco, alcalde socialista de Canfranc desde hace 12 años, que se define como uno de los defensores históricos de reabrir esta vía, cree que los dos proyectos son necesarios, pero él, "como aragonés y por el bien de Aragón", ahora prefiere dar preferencia a Somport: "Nuestra postura es protúnel, claro; porque es la postura más ecologista. Evita la contaminación que ahora se está produciendo con el tráfico pasando por el parque de los Pirineos. Cuando acaben las elecciones se hará". La Diputación General de Aragón tiene un estudio sobre otro tipo de impacto, que no es ambiental, sino socioeconómico, del túnel y la autovía Somport-Sagunto para la región. La conclusión es que supone un incremento del 4% del PIB de Aragón y un aumento del turismo en el Pirineo aragonés de un 21%.

"¡Con los Pirineos no van a poder! El MOPT se va a descuernar aquí". Lo dice, radical, Jesús Vallés, de la Coordinadora de Organizaciones para la Defensa Ambiental (CODA). "Es un proyecto ultradesarrollista, en el que España paga el 70% y que servirá como vía de penetración de los excedentes agrícolas del sur de Francia en España. Se carga el valle mejor conservado de Francia y la última colonia de osos pardos del Pirineo".

Recientemente, François Bayrou, secretario general de la Unión por la Democracia Francesa (UDF), el partido de Giscard d'Estaing, que cuenta con muchas posibilidades de acceder al poder en marzo, aseguró que cuando ellos gobiernen, el túnel se hará, y añadió: "Puestos a escoger entre el oso y el hombre, prefiero el hombre", informa Javier Valenzuela.

Para el Gobierno aragonés, túnel y respeto al medio ambiente son compatibles; y el primero representa la importancia que le corresponde a Aragón por su situación estratégica y que no ha sabido, o no le han dejado, aprovechar. La vía de Canfranc es el símbolo del abandono; Somport el del progreso, la unión con Europa.

Un portavoz de la Consejería de Ordenación del Territorio señala que el túnel es vital para la vertebración de Aragón y de España. "No tendría sentido el eje Toulouse-Pau-Zaragoza-Valencia, declarado eje transfronterizo de primera categoría por la CE, si se mantiene el embudo de los Pirineos.

Es de una lógica aplastante esta comunicación con Francia, por el centro del Pirineo; lo absurdo es que se desvíe todo el tráfico hacia los extremos, Cataluña o Irún". Es, en suma, la piedra clave para convertir a Aragón en el gran cruce de comunicaciones al que aspira.

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