Crítica:TEATRO

De monjas y drogas

Fermín Cabal es un excelente imitador de películas: en Esta noche, gran velada imita una película imaginaria, hecha de tópicos cinematográficos, y ahora es el buen copista de Entre tinieblas, de Almodóvar. En el supuesto de que hiciese falta, sería una labor meritoria: lleva el ritmo y la libertad del cine a las limitación es del escenario, crea sus propios chistes paralelos; el brillante diálogo de Almodóvar queda reflejado en el excelente de Fermín Cabal, que siempre ha tenido maestría en este aspecto. La dirección, la suavidad de la sucesión de escenas, los movimientos de los ...

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Fermín Cabal es un excelente imitador de películas: en Esta noche, gran velada imita una película imaginaria, hecha de tópicos cinematográficos, y ahora es el buen copista de Entre tinieblas, de Almodóvar. En el supuesto de que hiciese falta, sería una labor meritoria: lleva el ritmo y la libertad del cine a las limitación es del escenario, crea sus propios chistes paralelos; el brillante diálogo de Almodóvar queda reflejado en el excelente de Fermín Cabal, que siempre ha tenido maestría en este aspecto. La dirección, la suavidad de la sucesión de escenas, los movimientos de los personajes y su gracia, la incrustación de las canciones -boleros, como los mismos temas que se desarrollan en la obra- son muestras de su talento. Y también en los vicios: en la incoherencia de los sucesos, en que los personajes están caricaturizados. En la falta de final: la función, como la película, se acaba buenamente cuando llega la hora prevista, con el colofón de un bailete.

Entre tinieblas

La funciónDe Fermín Cabal, basada en el guión de la película de Pedro Almodóvar. Intérpretes: Julia Martínez, Rossy de Palma, Gloria Muñoz, Pilar Ruiz, Beatriz Carvajal, Flavia Zarzo, Carmen Losa, Amella del Valle. Escenografía: Mariano Cobo y Sergio Gay. Vestuario: Helena Sanchis. Dirección: Fermín Cabal. Madrid. Festival de Otoño 1992. Teatro Albéniz.

Producto triunfante

La necesidad puede no verse fácilmente. La película es un producto acabado y triunfante. Ni el tema es tan importante ni sus sugerencias como para hacer unas variaciones. Puede tener el interés del ejercicio teatral; el del buen producto comercial -iluminado, vestido, articulado con buena mano- y el de ver a las chicas trabajando -en vivo-: a Beatriz Carvajal sobre todo, por su excelente condición de actriz; y a Julia Martínez y Rossy de Palma, Gloria Muñoz, Pilar Ruiz, Flavia Zarzo -tan bien entonada para el bolero-, Carmen Losa o Amelia del Valle. Todas bien, todas graciosas, todas populares: y queridas, con sus amadores vitoreándolas desde el público en la noche del estreno.

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