Europa se suma a EE UU en la década de investigación del cerebro

La década de los noventa fue declarada en Estados Unidos, antes de que comenzara, la década del cerebro, como impulso adicional a los avances actuales en la comprensión de los mecanismos del órgano más complicado del ser humano. Ayer, la Comunidad Europea se sumo, con dos anos de retraso, a esta iniciativa, declarando abierta su propia década de investigación en neurología. Las enfermedades relacionadas con el cerebro suponen una quinta parte del gasto sanitario total de los Doce.La depresión, la ansiedad y los desórdenes de la personalidad son los temas en los que se han centrado las sesiones...

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La década de los noventa fue declarada en Estados Unidos, antes de que comenzara, la década del cerebro, como impulso adicional a los avances actuales en la comprensión de los mecanismos del órgano más complicado del ser humano. Ayer, la Comunidad Europea se sumo, con dos anos de retraso, a esta iniciativa, declarando abierta su propia década de investigación en neurología. Las enfermedades relacionadas con el cerebro suponen una quinta parte del gasto sanitario total de los Doce.La depresión, la ansiedad y los desórdenes de la personalidad son los temas en los que se han centrado las sesiones científicas que se celebraron ayer en Bruselas con motivo de esta nueva década en el campo de la neurología.

La sesión inaugural giró, sin embargo, en tomo a la aportación europea al conocimiento del cerebro y contó con la presencia de los premios Nobel de Medicina Rita Levi Montalcini y de Ilia Prigogine, premio Nobel de Química. La CE estuvo representada por Filippo Maria Pandolfi, uno de sus vicepresidentes. El único español que ha participado en el grupo de trabajo y en el simposio científico ha sido el psiquiatra Juan José López Ibor.

Según los datos de la CE, las enfermedades relacionadas con el cerebro, desde. la esquizofrenia a la parálisis motora o la embolia, acaparan el 20% del coste sanitario total en Europa. Esta incidencia aumentará con el envejecimiento de la población europea.. Estos factores socioeconómicos se unen a progresos técnicos espectaculares que están permitiendo ver literalmente el funcionamiento del cerebro y empezar a deducir cómo se piensa, se siente y se aprende, así como el mecanismo de la memoria, entre otras fascinantes posibilidades que no son sólo aplicables al cerebro enfermo.

Trabajos fragmentados

Europa realiza el esfuerzo de movilización de fondos y coordinación de iniciativas empujada por Estados Unidos y Japón, que han visto la importancia de apoyar la investigación sobre el cerebro. Los trabajos europeos en este campo se encuentran muy fragmentados, reconoce la CE, y lo que se pretende con la década es lanzar un programa coordinado que permita alcanzar una masa crítica tanto en recursos humanos como financieros.

La década comienza, sin embargo, con muy pocos compromisos concretos, fuera de la voluntad de dedicarle una parte importante de la investigación biomédica en el IV Programa Marco de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, que abarcará desde 1994 a 1998.

El belga Julien Mendlewicz, presidente del grupo de trabajo que ha preparado la década, señaló ayer que el coste económico sanitario de los trastornos mentales en Europa es dos veces el correspondiente a las enfermedades cardiovasculares y cuatro veces el del cáncer. "En Europa", añadió, "hay una excelente tradición de investigación en neurología, pero no hemos alcanzado una masa crítica". Aunque se mostró reacio a dar cifras, finalmente admitió que el grupo de trabajo ha calculado que serán necesarias unas inversiones de 500 millones de ecus (unos 70.000 millones de pesetas) en los primeros cinco anos de la década para conseguir sus objetivos.

Paolo Fasella, director general de Investigación de la CE, se refirió al polémico Tratado de Maustricht como la base del futuro apoyo económico que la CE dará a la investigación sobre cerebro. El tratado prevé un aumento en el apoyo a la investigación sobre la base de que la CE aporte la mitad y los Estados, miembros la otra mitad de cada proyecto, tanto en el campo industrial como en el académico.

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