La crisis vuelve a alargar las faldas

La moda la próxima primavera-verano consistirá en no ir tan a la moda. La posibilidad de aprovechar al máxima el vestuario en un tiempo de crisis, junto con un alargamiento de las faldas, un colorido luminoso y una lencería que que deja de ser funcional y se convierte en eje de la seducción del la mujer son las claves que a partir de hoy se presentan en Madrid en la semana Internacional de la moda. Al certamen, organizado en la institución Ferial de Madrid (Ifema), acuden 819 expositores, representando a 1.169 firmas de ellas, 66 extranjeras-. La vuelta de Ibermoda-hombre tras seis años ausenc...

La moda la próxima primavera-verano consistirá en no ir tan a la moda. La posibilidad de aprovechar al máxima el vestuario en un tiempo de crisis, junto con un alargamiento de las faldas, un colorido luminoso y una lencería que que deja de ser funcional y se convierte en eje de la seducción del la mujer son las claves que a partir de hoy se presentan en Madrid en la semana Internacional de la moda. Al certamen, organizado en la institución Ferial de Madrid (Ifema), acuden 819 expositores, representando a 1.169 firmas de ellas, 66 extranjeras-. La vuelta de Ibermoda-hombre tras seis años ausencia de las pasarelas madrileñas la creación de un espacio para jóvenes creadores y la presencia de Croacia con su apuesta por el punto son algunas de las novedades

Las tendencias para la próxima primavera-verano, con sus diferentes colores, matices y cortes, estarán presentes desde hoy y hasta el próximo domingo en las pasarelas de la Semana Internacional de la Moda, un muestrario en el que no figuran los grandes modistas, sino las tendencias que llegan al gran público. Se impone una moda al servicio de la mujer, en la que las drásticas imposiciones forman ya parte del pasado. Se da opción a diferentes largos de falda, tras varios años de dominio absoluto de la mini; con una silueta más bien recta o perfilada y talle bien ajustado. El toque sugerente a las ya de por sí recatadas prendas lo darán las aberturas, incluso en las faldas de pliegues o tablas. Las chaquetas serán larguísimas o cortísimas; los pantalones, pitillo, y las blusas, sin cuello y con profundos escotes curvos, que harán necesarios los tops. La gama de colores es luminosa y alegre, compuesta por tonos salmón, amarillos y rosas. El blanco sustituye al marfil y vuelve el azul marino para desbancar al omnipresente negro. Como tejidos, ocupan un lugar destacado, las fibras naturales, con la seda como una de las principales protagonistas de la temporada y la importancia de los crepes. Los cuadros y los motivos florales muy suaves conformarán la línea de la moda.El socorrido pichi

El ejemplo de que la recesión económica también ha llegado al mundo de la moda está en el hecho de la aparición de la falda larga -siempre asociada a épocas de crisis, en contraste con la locura de la mini-, junto con la apuesta por el pichi, una prenda muy socorrida para tiempos de necesidad y fácilmente combinable. Según el director del certamen, Cipriano López Lizarbe, este año se ha dado la circunstancia de que algunos expositores que ya habían pagado una parte del stand han renunciado a estar presentes alegando problemas económicos. "No es alarmante porque el número ha sido muy pequeño, pero sí es significativo porque no había ocurrido antes", dice López Lizarbe.

Para el director del certamen, la industria textil española adolece de fallos en la comercializacion, pero no en la fabricación. "Tanto a nivel de diseño como de calidad, en España hay firmas españolas importantes y magníficos tejedores, aunque en los últimos 10 años la industria textil, que ha estado muy cerrada al mercado interior, ha visto disminuidas sus exportaciones por las grandes presiones de las impor taciones", dice López Lizarbe. El dato de que la balanza comercial en el sector español de la confección, excluidas las prendas de punto, alcanza un déficit de 44.677 millones de pesetas, es revelador. Según los datos proporcionados por los responsables del certamen, la industria española afronta la llegada del mercado único europeo en enero de 1993 con una progresiva pérdida de competitividad, que se ha venido registrando entre 1986 y 1990, en beneficio de productos extranjeros. Sin embargo, la industria nacional, en opinión de López Lizarbe, ha iniciado una serie de actuaciones, como son el incremento de la productividad, la modernización de sus estructuras y la política de alianzas que le ayudarán a superar el desafío.