Crítica:FLAMENCO

Inédito en Madrid

La Tribuna del Flamenco del Madrid 92 ha entrado, parece ser, en una fase de cierto desinterés. Quizá este ciclo de jóvenes valores, algunos de ellos prácticamente desconocidos para el gran público, tenga en parte la culpa; quizá la época preveraniega, que ya no resulte tan propicia como en los meses anteriores del pasado invierno.Lo cierto es que esta noche la sala grande del Centro Cultural de la Villa de Madrid ofrecía un aspecto desolador, casi huérfana de oyentes. Ante ese triste panorama es ciertamente muy difícil que los artistas se motiven y den todo lo que pueden y deben dar. Digo est...

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La Tribuna del Flamenco del Madrid 92 ha entrado, parece ser, en una fase de cierto desinterés. Quizá este ciclo de jóvenes valores, algunos de ellos prácticamente desconocidos para el gran público, tenga en parte la culpa; quizá la época preveraniega, que ya no resulte tan propicia como en los meses anteriores del pasado invierno.Lo cierto es que esta noche la sala grande del Centro Cultural de la Villa de Madrid ofrecía un aspecto desolador, casi huérfana de oyentes. Ante ese triste panorama es ciertamente muy difícil que los artistas se motiven y den todo lo que pueden y deben dar. Digo esto porque Jesús el Almendro, que es un buen cantaor y un buen profesional, estuvo por debajo de su capacidad. Frío, monocorde, casi diría que triste. Aun así, demostró conocimiento y buen hacer, empeñándose en los estilos más comprometidos del género que él trabaja.

Tribuna del Flamenco: ciclo Alborear

Cante: Jesús el Almendro y Antonio Malena. Toque: Carlos Habichuela. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 2 de junio.

Estilos que tres de los cuatro que hizo, repitió el de la Malena, lo cual debería ponerse cuidado en evitar en otra ocasión. Antonio Malena venía de Jerez, y que yo sepa era inédito en Madrid. De él puede decirse que es un cantaor interesante, que puede llegar a hacercosas importantes en su carrera.

Su voz suena muy flamenca, muy gitana, y en cantes como las siguiriyas y las tonás brilló con eco jondo, igual que en las bulerías, en que hizo un soniquete jerezano poco habitual al que Carlos Habichuela puso un singular acompañamiento sordo.

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