Crítica

Pimpinela nórdica

Empieza la obra con ecos monteverdianos y Benedicte Adrian, una soprano de 26 años autora de la música junto con Ingrid Bjornov, de la misma edad, sale a escena y empieza a escalar los agudos con golpes de sintetizador como fondo. Heidi y Luis Cobos son las primeras referencias culturales que se desprenden de Which Witch, la ópera-rock noruega presentada en Sevilla en versión de concierto y en lengua inglesa, cuyo estreno en Londres como musical está previsto para octubre.A partir de ahí, el melodismo pegadizo es apoyado por una enorme masa coral, de 280 miembros. Luego, en el primer dú...

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Empieza la obra con ecos monteverdianos y Benedicte Adrian, una soprano de 26 años autora de la música junto con Ingrid Bjornov, de la misma edad, sale a escena y empieza a escalar los agudos con golpes de sintetizador como fondo. Heidi y Luis Cobos son las primeras referencias culturales que se desprenden de Which Witch, la ópera-rock noruega presentada en Sevilla en versión de concierto y en lengua inglesa, cuyo estreno en Londres como musical está previsto para octubre.A partir de ahí, el melodismo pegadizo es apoyado por una enorme masa coral, de 280 miembros. Luego, en el primer dúo de amor, el obispo (Daniel von Fuchs) y Maria Vittoria di Benevento (Benedicte Adrian) cantan frases como éstas: "Todo lo que buscaba lo he encontrado en ti" o "Me rindo al tierno amor que me das". El ternurismo musical y vocal evoca al dúo Pimpinela de excursión por los fiordos noruegos.

Which Witch

Ópera-rock noruega. Música de Benedicte Adrian e Ingrid Bjornov. Intérpretes: Benedicte Adrian, Ingrid Bjomov, Peeter Wiik, Aina Oldeide y Jahn Teigen. Arreglos musicales: Ingrid Bjornov. Músicos: Ole Marius Melhuus (bajo), Ole Petter Hansen (batería), Dan Ermark (teclados) y Alan Vigre (guitarra). Coro: World Festival Choir. Auditorio de la Expo (Sevilla), día 1 de mayo.

Las referencias continúan: Abba y Roxette; el folclor celta; ecos mozartianos; golpes de órgano que pondrían los pelos de punta a Bach; Fama... El refrito es tan eficaz y contagioso como las cosquillas, por lo que puede augurársele un gran éxito entre el público poco exigente.

La protagonista se llama María, como en West side story, pero éste es el único paralelismo posible. Al final, María, acusada de bruja, emite unos crispados agudos que teniendo en cuenta el simple argumento resultan bastante chistosos. Tras el Aleluya, el público ovaciona y es posible que se lance al día siguiente a comprar el disco.

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