LAS RUINAS DE LA U.R.S.S.

La cuestión militar parte en dos a la CEI

La cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que se celebró ayer en Minsk, la capital de Bielorrusia, sirvió para consumar su división en dos bloques: uno, impulsado por Rusia, que está de acuerdo en que las Fuerzas Armadas de la ex URSS se mantengan bajo un mando único; y otro, encabezado por Ucrania, que aboga por la inmediata creación de ejércitos propios. Ésta es una de las pocas conclusiones claras que se podía anoche extraer de una reunión que fue valorada positivamente por el presidente ucranio, Leonid Kravchuk, mientras que los dirigentes rusos más bien ...

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La cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que se celebró ayer en Minsk, la capital de Bielorrusia, sirvió para consumar su división en dos bloques: uno, impulsado por Rusia, que está de acuerdo en que las Fuerzas Armadas de la ex URSS se mantengan bajo un mando único; y otro, encabezado por Ucrania, que aboga por la inmediata creación de ejércitos propios. Ésta es una de las pocas conclusiones claras que se podía anoche extraer de una reunión que fue valorada positivamente por el presidente ucranio, Leonid Kravchuk, mientras que los dirigentes rusos más bien se mostraban escépticos. El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, ni siquiera acudió a la conferencia de prensa final.

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La cuarta cumbre de la CEI, por tanto, ha servido para consumar una división que se hizo evidente sólo diez días después de que los presidentes de los 11 Estados estamparan el 21 de diciembre pasado su firma bajo el documento fundacional, en Alma Atá, la capital de Kazajstán. Tras la escisión en un tema fundamental, como es el de las Fuerzas Armadas, el futuro de las relaciones entre los dos grandes de la comunidad, Rusia y Ucrania, va a fijarse en negociaciones bilaterales más que en reuniones de la CEI. Ayer mismo, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países suscribieron el protocolo por el que establecen relaciones diplomáticas.Una vez finalizada la cumbre, ya entrada la noche, Borís Yeltsin y Leonid Kravchuk se reunieron para hablar del convenio que va a regular las relaciones económicas entre ambos Estados independientes. Antes de la entrevista, Kravchuk descartó que esta conversación bilateral pudiera servir para llegar a un acuerdo sobre la flota del mar Negro, aunque no descartó que en ella se sentaran las bases de una negociación.

Fin de la democracia

El presidente de Ucrania ya había marcado la tónica de lo que iba a pasar cuando al llegar a Minsk insistió de nuevo en que un Estado soberano tenía pleno derecho de crear sus propias Fuerzas Armadas y que un Ejército ejército unido sólo tenía sentido en un Estado unido. "Si quedaran unas Fuerzas Armadas unidas", agregó, "eso significaría el fin de la democracia, porque el Ejército estaría por encima de todos los Estados".

Junto a Ucrania se alinearon con claridad Moldavia y Azerbaiyán, que ya han anunciado la creación de Ejércitos propios. Con menos claridad se situaron en este bando, según Kravchuk, Bielorrusia y Uzbekistán. El presidente azerí, Ayaz Mutalíbov, abandonó precipitadamente Minsk al enterarse del recrudecimiento de los combatesen Nagorni Karabaj (enclave armenio bajo administración de Bakú) y después de tener un encontronazo con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la CEI, mariscal Yevgueni Sháposhnikov. Mutalíbov aseguró que un regimiento militar había participado en acciones junto a los armenios.

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Kravchuk también se encaró durante la reunión con Sháposhnikov, al que acusó de "saldar material de guerra" a través de una sociedad anónima que ha vendido 49 submarinos y cruceros. El mariscal admitió el hecho, pero precisó que la venta había sido autorizada por Mijaíl Gorbachov, presidente de la URSS hasta su desaparición.

La posibilidad de que Sháposhnikov pierda su relevante papel actual volvió a surgir anoche después de que, en su calidad de portavoz de la reunión, Kravchuk anunciara que el mariscal había sido designado comandante en jefe de las Fuerzas Estratégicas y de las Fuerzas de Propósito General, y a continuación señalara que Sháposhnikov debía presentar candidatos a ambos cargos y al de jefe del Estado Mayor en la próxima cumbre, convocada para el 20 de marzo en Kiev.

Mando único

Durante la reunión, Borís Yeltsin aseguró que Rusia iba a ser la última en crear un Ejército propio, con lo que desmentía las afirmaciones efectuadas por militares de su entorno durante los últimos días. Del tono de la cumbre da idea la intervención de Islam Karímov, presidente de Uzbekistán, que habló tras los representantes de Armenia, Turkmenistán y Kirguizia, que abogaron por el mando único para las Fuerzas Armadas. Karímov, según la agencia Interfax, dijo que esas tres repúblicas estaban manteniendo conversaciones paralelas con Rusia para que ésta asumiera los gastos de las tropas desplegadas en sus territorios. "Si Rusia es tan generosa", agregó, "Uzbekistán también aceptará" el mando único.

Sólo unas horas antes de que los presidentes iniciaran su reunión en Minsk, las tripulaciones de seis bombarderos SU-24 con base en Ucrania huyeron con sus aparatos porque no están dispuestos a jurar fidelidad al Ejército constituido por las autoridades de Kiev. Los aviones aterrizaron en la vecina Bielorrusia. El ministro de Defensa ucranio consideró que esta acción era "una vulneración de las normas" por parte de unos militares que "han desobedecido las órdenes de su comandante".

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