Profesionales europeos opinan que el cine debe plantearse como negocio

Un destacado grupo de profesionales europeos han debatido durante tres días en Madrid los problemas de financiación y comercialización cinematográfica y televisiva en un seminario organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que se trató de lleno la polémica sobre el cine como arte o como negocio y la importancia de la televisión como fuente de financiación.Una treintena de productores, representantes de organismos públicos relacionados con el sector y directores de distribuídoras de Francia, Portugal, Reino Unido, Italia, Estados Unidos y España plantearon que el ...

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Un destacado grupo de profesionales europeos han debatido durante tres días en Madrid los problemas de financiación y comercialización cinematográfica y televisiva en un seminario organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que se trató de lleno la polémica sobre el cine como arte o como negocio y la importancia de la televisión como fuente de financiación.Una treintena de productores, representantes de organismos públicos relacionados con el sector y directores de distribuídoras de Francia, Portugal, Reino Unido, Italia, Estados Unidos y España plantearon que el cine europeo se hallaba en una consabida crisis endémica no por la carencia de un mercado o por una presión norteamericana de productos cinematográficos sino por la concepción demasiado artesanal y atomizada del sector.

David Puttnam, productor de películas como Carros de fuego, La misión o Cita con Venus, coincidió con la mayoría de los ponentes en que en Europa existe un rechazo importante a considerar el cine como producto de consumo masivo y que el sector no ha sabido dilucidar aún la polémica entre arte o negocio.

Los expertos pusieron en duda que el cine de arte y ensayo tuviese una aceptación pública mayoritaria. Coincidieron asimismo en que el mercado europeo es potencialmente tan importante como el americano, con ingresos de taquillas similares -en torno a 3.900 millones de dólares, sin Europa del Este- y con 32.500 pantallas frente a las 27.700 de Estados Unidos. Sin embargo, las inversiones en cine norteamericanas superan los 500 millones de dólares para el desarrollo de proyectos mientras que en Europa no pasan de los 50 millones de dólares.

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