Sadako Ogata Alta comisionada de la ONU para los refugiados"Es más fácil cambiar el régimen político de un país que el económico"

PATRICIA GÓMEZ Sadako Ogata recogió anoche en el Teatro Campoamor de Oviedo el premio Príncipe de Asturias 1991 a la cooperación internacional, otorgado este año al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), que ella preside. Este premio, que se suma a los numerosos galardones que ha recibido el ACNUR durante sus 40 años de existencia (entre los que se incluyen dos premios Nobel de la Paz) representa para Ogata "un reconocimiento al trabajo que ha permitido resolver la situación de 28 millones de refugiados en el mundo, y un apoyo para que podamos seguir trabajando e...

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PATRICIA GÓMEZ Sadako Ogata recogió anoche en el Teatro Campoamor de Oviedo el premio Príncipe de Asturias 1991 a la cooperación internacional, otorgado este año al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), que ella preside. Este premio, que se suma a los numerosos galardones que ha recibido el ACNUR durante sus 40 años de existencia (entre los que se incluyen dos premios Nobel de la Paz) representa para Ogata "un reconocimiento al trabajo que ha permitido resolver la situación de 28 millones de refugiados en el mundo, y un apoyo para que podamos seguir trabajando en favor de los 17 millones de personas en esta situación que aún quedan en el mundo".

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Sadako Ogata está al frente del ACNUR desde el 18 de febrero de este año. Bajo su presidencia, dicho organismo internacional ha intervenido en importantes desplazamientos de refugiados como el éxodo de albaneses hacia Italia, o el establecimiento de campos de refugiados en Turquía para los miles de kurdos que en la primavera pasada escapaban de la represión en Irak.

Respecto a los albaneses, que fueron repatriados por el Gobierno italiano en junio pasado, Sadako Ogata destaca el esfuerzo que hizo Italia para acoger las primeras oleadas de albaneses que llegaban a sus costas. "En marzo se acogieron como refugiados políticos a 680 albaneses en suelo italiano y el gobierno de ese país gastó unos 160 millones de dólares en asistencia para los albaneses", explica. "Las oleadas que llegaron después eran más producto del hambre que de la persecución política y, pese a la la repatriación, el ACNUR controla en Tirana que todos aquellos que fueron repatriados no sean ahora perseguidos en represalia".

El ACNUR también ha logrado este año la repatriación a Etiopía de casi 4.000 civiles y militares refugiados en Yibuti tras la caída del presidente Mengistu Haile Mariam.

Para Ogata hay que deslindar los desplazamientos de personas por motivo de persecuciones políticas y religiosas, que serían en sentido estricto refugiados, de los desplazamientos migratorios provocados por la falta de medios económicos. "Sin embargo en muchas ocasiones se dan ambas condiciones en determinados grupos humanos," explica. "En ambos casos hay que apelar a la solidaridad de los pueblos y hacer comprender que la llegada de trabajadores extranjeros no debe provocar recelo porque, normalmente, esa mano de obra que viene de fuera es necesaria para los países más industrial izados". En Europa, donde decrece el número de personas que solicitan el estatuto de refugiados políticos (sobre todo tras la democratización de los países del Este) aumenta el número de inmigrantes en busca de mejores condiciones de vida en los países más ricos. "Es más fácil cambiar los regímenes políticos que las estructuras económicas", afirma Ogata.

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África y Afganistán.

Actualmente África es el continente que cuenta con mayor número de personas desplazadas de su país o tierra de origen por motivos ideológicos, raciales o religiosos, en total más de cinco millones de refugiados africanos reciben asistencia del ACNUR. Este organismo también se ocupa de los cinco millones de afganos que se encuentran repartidos entre Pakistán (tres millones) e Irán (unos dos millones) y que precisan asistencia.

Más información en la página 21

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