Cartas al director

Cementos y refinería

Vengo de un viaje por Alemania. He visto dos enormes fábricas de cemento, una a 24 kilómetros de Würzburg, y otra no lejos de Heildelberg. No se veía ni una mota de polvo en los árboles o casas cercanos a las fábricas.Junto a Colonia, en la orilla del Rhin, hay una enorme refinería de petróleo con cientos de chimeneas que no echan humo ni hacen ruido. No se huele a petróleo en la ciudad. He visto también los ríos limpios, con gente pescando y bañándose, a pesar de que existen fábricas de papel.

Vivo en Vizcaya desde hace 17 años. El medio ambiente está más deteriorado ahora que hace 15 ...

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Vengo de un viaje por Alemania. He visto dos enormes fábricas de cemento, una a 24 kilómetros de Würzburg, y otra no lejos de Heildelberg. No se veía ni una mota de polvo en los árboles o casas cercanos a las fábricas.Junto a Colonia, en la orilla del Rhin, hay una enorme refinería de petróleo con cientos de chimeneas que no echan humo ni hacen ruido. No se huele a petróleo en la ciudad. He visto también los ríos limpios, con gente pescando y bañándose, a pesar de que existen fábricas de papel.

Vivo en Vizcaya desde hace 17 años. El medio ambiente está más deteriorado ahora que hace 15 años: los ríos son más cloacas (el olor y el color del Cadagua por Sodupe o Alonsotegui son insoportables, como lo es el del Ibaizábal por Amorebieta o Lemona). La contaminación atmosférica en el Gran Bilbao es también ahora mayor que hace 15 años, y nos enteramos todos (consejero del Medio Ambiente incluido), a través de Greeripeace, de que traen a Vizcaya los residuos tóxicos de las acerías europeas.

Pensaba que lo del cemento en Lemona o lo de Petronor en Somorrostro era un problema tecnológicamente irresoluble.

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Ahora sé que el problema es la poca vergüenza de los empresarios y gobernantes de este país-

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