El Congreso de EE UU continúa castigando a China

El presidente norteamericano, George Bush, se encuentra cada vez más cerca de la renovación a China de la cláusula de nación más favorecida, una de sus grandes batallas políticas con el legislativo. La Cámara de Representantes del Congreso norteamericano aprobó el miércoles dos medidas para frenar el flujo de exportaciones chinas a EE UU, pero el margen de las votaciones fue tan estrecho que hace pensar que la Cámara no tiene posibilidad alguna de sobrevivir al veto anunciado por la Casa Blanca a cualquier legislación que se oponga a los planes del presidente.

Las dos votaciones ind...

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El presidente norteamericano, George Bush, se encuentra cada vez más cerca de la renovación a China de la cláusula de nación más favorecida, una de sus grandes batallas políticas con el legislativo. La Cámara de Representantes del Congreso norteamericano aprobó el miércoles dos medidas para frenar el flujo de exportaciones chinas a EE UU, pero el margen de las votaciones fue tan estrecho que hace pensar que la Cámara no tiene posibilidad alguna de sobrevivir al veto anunciado por la Casa Blanca a cualquier legislación que se oponga a los planes del presidente.

Las dos votaciones indicaron claramente que el Congreso continúa castigando a China por la violación de los derechos humanos, el desequilibrio de su balanza comercial con EE UU y las pocas reticencias del Gobierno chino a participar en el mercado abierto de armas. El castigo no dejará de ser simbólico.

La Cámara votó por un estrecho margen -223 a 204- una primera resolución con la que hubiera podido cancelar el anuncio presidencial de renovar a China la cláusula de nación más favorecida.

La segunda legislación votada el miércoles, que arrojó un resultado de 313 a 112, aprobó una ley por la que se renueva por un año el comercio con China, pero que impone varias condiciones para su renovación futura.

Algunas de estas condiciones obligan a China a levantar todas las restricciones que existen para la emisión de los programas informativos de La Voz de América, a terminar la persecución de los chinos refugiados en EE UU y a prohibir la exportación de tecnología para la construcción de misiles balísticos y productos elaborados por la población reclusa. Bush ha amenazado con vetar esta segunda resolución.

Las dos leyes deberán ser votadas ahora por el Senado, donde la Casa Blanca ha estado presionando con firmeza para que los planes del presidente Bush en China no sufran ninguna alteración y para que el presidente no tenga ni tan siquiera que aplicar un veto.

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[El Gobierno chino denunció ayer oficialmente el voto de la Cámara de Representantes, informa Reuter].

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