Tribuna:ANÁLISIS

¿Un refugio para los reformistas del PCUS?

El movimiento político lanzado el lunes por destacadas personalidades soviéticas, entre las que se encuentran ex colaboradores del presidente Mijaíl Gorbachov, podría convertirse en el refugio de los comunistas reformistas de centro, acosados por los ultraconservadores en el interior del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Este movimiento, en última instancia, podría derivar en un partido que agrupe a todas las fuerzas de corte socialdemócrata y que salve el futuro político de Gorbachov si éste se decide por fin a dividir el PCUS y romper con los comunistas dogmáticos.En todo c...

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El movimiento político lanzado el lunes por destacadas personalidades soviéticas, entre las que se encuentran ex colaboradores del presidente Mijaíl Gorbachov, podría convertirse en el refugio de los comunistas reformistas de centro, acosados por los ultraconservadores en el interior del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Este movimiento, en última instancia, podría derivar en un partido que agrupe a todas las fuerzas de corte socialdemócrata y que salve el futuro político de Gorbachov si éste se decide por fin a dividir el PCUS y romper con los comunistas dogmáticos.En todo caso, es un hecho que el popular ex ministro de Exteriores Edvard Shevardnadze y su grupo, al haber fundado, al menos por el momento, un movimiento y no un partido, han dejado la puerta abierta a Gorbachov y le han permitido saludar el martes el nacimiento de la nueva formación sin por ello comprometer su calidad de jefe del PCUS.Al mismo tiempo, esta decisión ha eliminado del grupo fundador a Nikolái Travkín jefe del Partido Democrático: quien deseaba formar un nuevo partido que, a diferencia del que dirige, fuera capaz de competir con el PCUS. De haber triunfado la posición de Travkin, Gorbachov no habría podido mostrar una actitud positiva ante la nueva agrupación, y ésta difícilmente podría entonces llegar a convertirse en refugio de los actuales comunistas que, sin ser reaccionarios ni dogmáticos, no desean renunciar definitivamente a la idea socialista. Y ello porque Travkín y su partido-están ideológicamente más cerca de una Margaret Thatcher que de un Felipe González. Además, Alexandr YákovIev, ideólogo de la glásnost, que sigue siendo un estrecho colaborador de Gorbachov, no hubiera podido firmar el manifiesto del nuevo movimiento.

Ahora, en cambio, quedan abiertas las puertas para que por ellas entren, en caso de necesidad, Gorbachov y los actuales comunistas civilizados para convertir este movimiento en un gran partido que puede tener éxito en las elecciones parlamentarias y presidenciales que quizá tengan que realizarse el próximo año.

Los firmantes

La mayoría de los que firmaron el maniffesto del nuevo movimiento son o han sido asesores de Gorbachov. Junto a Shevardnadze y YákovIev, entre los fundadores de la agrupación figuran los dos ex consejeros económicos del presidente, Stanislav Shatalin y Nikolái Petrakov, y Arkadi Volski, jefe de la patronal soviética.Dos hombres del presidente ruso Borís Yeltsin figuran entre los firmantes: su vicepresidente Alexandr Rutskói, y su primer ministro Iván Siláyev. El mismo Yeltsin no podía firmar el documento, pues opina que el presidente de la república nodebe formar parte de ningún partido ni movimiento político, razón que esgrimió hace un ano cuando renunció al PCUS.

Por último, también firmaron el documento Anatoli Sobchak y Gavriil Popov, alcaldes de Leningrado y Moscú, respectivamente. La firma del primero es comprensible: Sobchak se define como socialdemócrata y siempre se ha mostrado partidario de una amplia unión con los comunistas civilizados. El apoyo de Popov al nuevo movimiento es algo más sorpresivo y plantea una serie de interrogantes. Ante todo, Popov es uno de los líderes reconocidos de Rusia Democrática, un movimiento que reúne una serie de partidos y a políticos claramente radicales, como, por ejemplo, el conocido historiador y diputado Yun Afanásiev. Además, Popov parecía haber evolucionado de comunista no a socialdemócrata, sino mucho más hacia la derecha en el sentido occidental de esta palabra.El nuevo movimiento ¿derivará en un nuevo partido que sea una alternativa al PCUS, o este último permanecerá incólume dirigido por Gorbachov? De suceder esto, ¿será el nuevo movimiento un competidor de Rusia Democrática y, como tal, significará de hecho la división de la oposición al PCUS?

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