Las autoridades de Albania entierran el régimen de Hoxha

Los grupúsculos marxistas-leninistas occidentales se han quedado sin bastión que defender. Albania, durante 45 años la patria del puro dogmatismo comunista, ha dado estos días un gran salto hacia la democratización. Atrás queda definitivamente el implacable régimen fundado por Enver Hoxha, y por delante, la ingente tarea de reconstrucción de un país sumido en la miseria.

Albania cuenta ya con un Gobierno de coalición entre todos los partidos parlamentarios; el Partido del Trabajo (PTA) intenta, con su congreso que concluyó el viernes, distanciarse de su pasado renombrándose "sociali...

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Los grupúsculos marxistas-leninistas occidentales se han quedado sin bastión que defender. Albania, durante 45 años la patria del puro dogmatismo comunista, ha dado estos días un gran salto hacia la democratización. Atrás queda definitivamente el implacable régimen fundado por Enver Hoxha, y por delante, la ingente tarea de reconstrucción de un país sumido en la miseria.

Albania cuenta ya con un Gobierno de coalición entre todos los partidos parlamentarios; el Partido del Trabajo (PTA) intenta, con su congreso que concluyó el viernes, distanciarse de su pasado renombrándose "socialista". Días antes del congreso del PTA, los sindicatos independientes habían derribado el Gobierno monocolor de Fatos Nano, tan sólo dos meses después de las elecciones en que el PTA aún se había impuesto gracias a su intacto aparato fuera de las grandes ciudades. Nano es el nuevo presidente del PTA. El jefe del Estado, Ramiz Alia, ha abandonado todo cargo en el partido.El nuevo Gobierno de Yilli Buffi cuenta con 12 ministros del antiguo PTA y 12 de los diversos partidos hasta ahora en la oposición. El Partido Democrático de Sali Berisha obtiene por manos del economista Gramoz Pashko la vicepresidencia y las competencias económicas. A través de Pashko, EE UU tiene ya la consistente influencia en la política albanesa, que viene buscando como la cabeza de puente que no tenía en esta conflictiva región de los Balcanes. El secretario de Estado norteamericano, James Baker, visitará pronto Tirana, y ya se anuncia la ayuda norteamericana. El ministro italiano de Exteriores, De Michelis, llegó a Tirana nada más formarse el nuevo Gobierno. Hoy lo hizo el alemán Hans Dietrich Genscher.

Los próximos meses demostrarán si la oposición ha hecho bien en compartir la gestión de la catástrofe económica con los responsables de la misma. El panorama no es halagüeño. Los sindicatos, envalentonados por el éxito político de su huelga, exigen ahora subidas salariales de entre el 50% y el 150%.

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