Hugo Loetscher: "Escribir es siempre mostrar las otras caras de la verdad"

Hugo Loetscher, escritor nacido en Zurich (Suiza) en 1929, vive desde hace años en compañía de un inquietante personaje: un ser, como él lo califica, "que decidió renunciar a los sentimientos para no volverse loco, que recurrió a la inmunidad para soportar la vida diaria". En 1975, Loetscher bautizó al personaje como El Inmune y en 1986 volvió a reaparecer en su libro Los papeles del Inmune, que ahora publica editorial Circe. "Escribir", comenta Loetscher, "es siempre mostrar las otras caras de la verdad".

Loetscher, escritor de marcadas tendencias viajeras, suizo empeñado en descubrir ...

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Hugo Loetscher, escritor nacido en Zurich (Suiza) en 1929, vive desde hace años en compañía de un inquietante personaje: un ser, como él lo califica, "que decidió renunciar a los sentimientos para no volverse loco, que recurrió a la inmunidad para soportar la vida diaria". En 1975, Loetscher bautizó al personaje como El Inmune y en 1986 volvió a reaparecer en su libro Los papeles del Inmune, que ahora publica editorial Circe. "Escribir", comenta Loetscher, "es siempre mostrar las otras caras de la verdad".

Loetscher, escritor de marcadas tendencias viajeras, suizo empeñado en descubrir "territorios todavía inocentes", ha hecho un alto en Barcelona para presentar Los papeles del Inmune, libro que nace en la línea de El Inmune, que también publicará Circe en otoño.. En esta última obra asomaban ya los datos básicos de un personaje marcado por el existencialismo que Loetscher conoció cuando era estudiante en el París de los años cincuenta y con claras conexiones con el hombre sin atributos de Musil."Los papeles del Inmune", comenta Loetscher, "conecta de algún modo con el último capítulo de El Inmune, donde ya hablaba de las distintas posibilidades de convertirse en inmune a la realidad. En Los papeles... lo que hago es mostrar algunas posibilidades existenciales, a través de distintos personajes y en distintos lugares del mundo". El espectro de personajes va desde un revolucionario desilusionado hasta un gastrónomo que organiza su propio banquete funerario o el mismo Inmune, capaz de instalarse físicamente en el cerebro del narrador. "De hecho", reflexiona Loetscher, "las narraciones del libro sirven para mostrar que hay otras posibilidades de vida".

Al hablar de las muertes recientes de Max Frisch y Friedrich Dürrenmatt -escritores bandera de la Suiza actual-, Loetscher comenta: "Con ellos ha terminado una época". Añade que se siente más próximo a Dürrenmatt, aunque reconoce: "Frisch ha tenido más influencia en las nuevas generaciones".

El autor rehuye hablar de literatura suiza como de una literatura nacional. "No existe como tal", afirma, "ya que hay cuatro literaturas en cuatro idiomas distintos y en todas ellas se dan diferentes factores". A juicio de Loetscher, sin embargo, es la literatura suiza en lengua alemana la que goza de mejores perspectivas. "En alemán no hay un centro claro de influencia, como sucede con París y la lengua francesa, sino que hay distintas ciudades que ejercen como foco. Zúrich, que tiene ya una tradición literaria, puede ser uno de esos centros".

Loetscher se esfuerza como escritor en ver las distintas caras de la verdad. Lo ha hecho incluso al escribir sobre Suiza en El descubrimiento de Suiza por los indios, libro nacido a partir de una pregunta que le hizo una niña boliviana: "¿Y quién descubrió Suiza?".

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