SANIDAD

Mecanismos de seguridad

El acelerador de electrones instalado en Zaragoza dispone de dos mecanismos de seguridad, que fallaron o no estaban activados cuando se produjo el accidente en diciembre. Uno es un control de potencia, por el que se regula la energía aplicada a cada paciente, en función de la indicación terapéutica. Un indicador en la consola de mando señala la potencia que se está aplicando. El segundo sistema de protección, para el caso en que no funcione el control de potencia, es un mecanismo que detecta la energía real con que son proyectados los electrones y la compara con la energía que el operador ha m...

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El acelerador de electrones instalado en Zaragoza dispone de dos mecanismos de seguridad, que fallaron o no estaban activados cuando se produjo el accidente en diciembre. Uno es un control de potencia, por el que se regula la energía aplicada a cada paciente, en función de la indicación terapéutica. Un indicador en la consola de mando señala la potencia que se está aplicando. El segundo sistema de protección, para el caso en que no funcione el control de potencia, es un mecanismo que detecta la energía real con que son proyectados los electrones y la compara con la energía que el operador ha marcado en el regulador. Si no hay coincidencia, el aparato deja de funcionar automáticamente. La potencia mínima es de 7 megaelectronvoltios (MeV) y la máxima de 40 MeV. La regulación de este último mecanismo a máxima sensibilidad por los técnicos que han revisado el acelerador en los últimos días podría haber sido la causa de la parada de ayer.El Consejo de Seguridad Nuclear expedientó el 26 de febrero al Hospital Clínico por haber ocultado una reparación hecha al aparato el 7 de diciembre, tres días antes de que empezara a funcionar a máxima potencia hasta que se detectó la avería el 20 de diciembre.

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