Después de la guerra del Golfo

Las consecuencias que la guerra del Golfo tenga sobre el futuro del arabismo español son aún incalculables. Pero los arabistas no pueden ocultar el pesimismo.

"Se solucione la cosa corno se solucione", dice Pedro Martínez Montávez, de la Universidad Autónoma de Madrid, "el mayor perjuicio será para el mundo árabe. Los intectuales árabes se verán a partir de ahora en sus países en una situación más precaria, más servil y más dirigida. Un ejemplo: en El Cairo, la Universidad Nacional está ya mucho menos politizada que la Universidad Americana".

"Habrá, eso sí, más congresos y j...

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Las consecuencias que la guerra del Golfo tenga sobre el futuro del arabismo español son aún incalculables. Pero los arabistas no pueden ocultar el pesimismo.

"Se solucione la cosa corno se solucione", dice Pedro Martínez Montávez, de la Universidad Autónoma de Madrid, "el mayor perjuicio será para el mundo árabe. Los intectuales árabes se verán a partir de ahora en sus países en una situación más precaria, más servil y más dirigida. Un ejemplo: en El Cairo, la Universidad Nacional está ya mucho menos politizada que la Universidad Americana".

"Habrá, eso sí, más congresos y jornadas de arabistas, pagadas por las Administraciones europeas", señala Carmen Ruiz-Bravo, directora de la editorial CantArabia, "pero con el único resultado de reforzar la retórica y el oficialismo, que son los auténticos obstáculos que impiden los encuentros reales y eficaces. Supongo que se nos bombardeará con publicación de cifras y estadísticas, pero eso ocultará mejor la realidad árabe".

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"Aparte de lo que ocurra en el ámbito académico, donde los españoles siempre hemos tenido relación privilegiada con las instituciones culturales árabes", dice Manuela Marín, jefa del Departamento de Estudios Árabes elel CSIC en Madrid, "personalmente todos los investigadores estamos en vilo. Por ejemplo, yo pasé siete años en Bagdad, y cada día de guerra me estremezco. Tantos amigos allí... ¿Quién sigue vivo? Y saber que, cuando todo acabe, el clima social en el mundo árabe va a sernos hostil".

"España, que siempre mantuvo una postura proárabe", continúa Manuela Marín, "ahora se ha alineado con ese Occidente que los árabes nunca han dejado de considerar una amenaza y que, con esta guerra, pasa directamente a la categoría de enemigo".

Riesgo europeo

"Aunque aquí vamos a continuar nuestro trabajo, y la línea de investigación sobre Al Ándalus no va a quebrarse", dice Luis Molina, vicedirector de la Escuela de Estudios Arabes del CSIC en Granada, "la guerra puede afectarnos porque buena parte de los manuscritos que tendríamos que manejar está en países árabes, sobre todo en Marruecos, Damasco, Estambul, Túnez o El Cairo. Hasta ahora no habíamos tenido el mínimo problema, pero ahora viajar allí constituye un riesgo personal para un europeo".La idea de Pedro Martínez Montávez es que la guerra responde a una intencionalidad de Estados Unidos, que no sufrirá nunca las consecuencias de la hostilidad árabe de la misma manera que va a sufrirlas Europa.

"Ellos necesitaban que, dada la situación explosiva de Oriente Próximo, el primer error lo cometiese un líder árabe. Ahora tienen su justificación. Europa ha jugado con total sumisión y ceguera. Es increíble el desdén que ha ido acumulando la izquierda europea hacia el Tercer Mundo. Quienes se beneficiarán serán los americanos".

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