Crítica:FLAMENCO

El Güito o el baile por 'soleà'

La soleá -el cante, el baile- es un género flamenco singular. No sólo es un género esencial, porque vertebra prácticamente todos los valores básicos de lojondo, sino además emblemático, pues en él encontramos todo eso que nos emociona del arte flamenco: el ángel y el duende, la grandeza, lajondura, la belleza máxima.Por eso es tan dificil la ejecución de la soleá -cante, o baile, o toque-, porque tiene de todo. El baile por soleá bien hecho es un prodigio siempre. La verdad es que hay pocas ocasiones de verlo en ese grado de excelencia, porque se abusa tanto de él p...

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La soleá -el cante, el baile- es un género flamenco singular. No sólo es un género esencial, porque vertebra prácticamente todos los valores básicos de lojondo, sino además emblemático, pues en él encontramos todo eso que nos emociona del arte flamenco: el ángel y el duende, la grandeza, lajondura, la belleza máxima.Por eso es tan dificil la ejecución de la soleá -cante, o baile, o toque-, porque tiene de todo. El baile por soleá bien hecho es un prodigio siempre. La verdad es que hay pocas ocasiones de verlo en ese grado de excelencia, porque se abusa tanto de él por bailaores y bailaoras insuficientemente preparados que nos suele llegar degradado y maltratado.

No es éste el caso del Güito, que del baile por soleá hace una personal obra maestra. Raramente en el baile flamenco tenemos ocasión de asistir a un compendio semejante de equilibrio y belleza. Nada sobra, nada falta. Por derecho propio, el baile por soleá del Güito podría muy bien pasar como paradigma a las escuelas de baile flamenco.

El Güito

Con Indio Gitano, Rafael Fajardo y Sebastián al cante; Montoyita, Agustín el Bola y Niflo del Tupé, al toque; Manuela Heredia y Beatriz Martín, al baile, y Rocío Jiménez al cante y al baile; cantaor invitado, José Mercé. Madrid, Centro Cultural de la Villa, 20 de febrero.

Lo demás en este espectáculo, con ser digno, es accesorio. Incluido el baile por farruca del mismo Güito, que se queda lejos de aquella suma de perfecciones, o su baile por bulerías, tan vibrante, tan serio. Incluido el buen cante de Mercé, aunque se quedara un poco por debajo de sus propias posibilidades. Incluido un excelente baile por siguiriyas de Beatriz Martín, una bailaora granadina de 19 años a quien no conviene perder la pista; conoce el baile y lo interpreta sin eludir dificultades, aunque quizá le convendría ser un poco más dúctil.

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