UN MÚSICO DE ESPACIOS

Luciano Berio: "En música no existe crisis de creatividad, sino sólo de oficio"

El compositor italiano estrena el jueves, en Madrid, su obra 'Ofanim'

Luciano Berio (Oneglia, Liguria, 1925), el compositor contemporáneo italiano más conocido en el mundo, forma parte, como los desaparecidos Sciascia o Calvino, de ese reducido grupo de artistas e intelectuales que constituye la referencia moral de un país frecuentemente azotado por tempestades políticas. Cuando despotrica contra conservatorios, teatros de ópera o planes ministeriales; de cultura crea conmoción, aunque luego nada cambie. El jueves, en el Auditorio Nacional de Madrid, se estrena Ofanim, una de sus últimas producciones, que utiliza un complejo sistema informático para dar una dime...

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Luciano Berio (Oneglia, Liguria, 1925), el compositor contemporáneo italiano más conocido en el mundo, forma parte, como los desaparecidos Sciascia o Calvino, de ese reducido grupo de artistas e intelectuales que constituye la referencia moral de un país frecuentemente azotado por tempestades políticas. Cuando despotrica contra conservatorios, teatros de ópera o planes ministeriales; de cultura crea conmoción, aunque luego nada cambie. El jueves, en el Auditorio Nacional de Madrid, se estrena Ofanim, una de sus últimas producciones, que utiliza un complejo sistema informático para dar una dimensión espacial a los sonidos. El compositor opina: "No existe crisis de la creatividad. Lo que está en crisis es el oficio de músico".

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Habla lentamente, sin apenas modular, intercalando reflexivos silencios que emplea en aspirar el humo de su impresionante puro habano. Oyéndole, cuesta creer que este hombre, en 1966, escribió su célebre Sequenza III, incluida en el programa que se presentará en Madrid. En esta obra la voz solista rompe las barreras de lo estrictamente musical para hacerse grito, chasquido, suspiro, exclamación...Berio recibe en el Instituto Tempo Reale, que ocupa el segundo piso de una espléndida villa a las afueras de Florencia Este centro es conocido ya como el IRCAM (Institut pour la Recherche et Coordination Acoustique-Musique de París) italiano. Pero Berio matiza de inmediato: "No, no es otro IRCAM, aquí trabajamos en proyectos muy concretos, si se quiere menos ambiciosos". Y lo dice: con pleno conocimiento de causa, pues entre 1975 y 1980 trabajó con Pierre Boulez en el instituto francés.

"Tempo Reale es un viejo proyecto que se remonta a 1980. Como ocurre a menudo en Italia, a partir de esa fecha se produjeron una serie de relevos políticos que paralizaron la iniciativa. Hasta que en 1987, gracias al interés de algunas personas inteligentes, pudo ponerse en marcha. En la actualidad no funciona aún a pleno rendimiento. Pero esperamos que lleguen nuevas máquinas de alta tecnología en primavera".

"No se trata de un espacio abierto a la investigación en música de cualquier tipo", prosigue. "Aquí tendemos a aprovechar las investigaciones de otros, con los que estamos permanentemente en contacto, y además desarrollamos nuestras líneas específicas de investigación. Trabajamos, concretamente, en la espacialización del sonido y en la edición de partituras por ordenador".

Producción de Tempo Reale

Dice Berio que Ofanim es la primera producción auténtica de su instituto. Con un Macintosh ha desarrollado un programa informático que coordina el sonido reproducido por varios altavoces situados alrededor de la sala. "Se trata de un sistema que permite superar la idea de que existen buenas y malas acústicas. Con él todas pueden ser buenas, y además permite llevar la música a espacios no concebidos originariamente para ella".

Ofanim nació de una experiencia acústico-espacial: "En Jerusalén [Berio está casado con una israelita con la que tiene dos hijos de corta edad] visité el castillo de David y vi varios grupos de niños que rodeaban a los visitantes, situados en un espacio inferior. Era como poner a un público en movimiento dentro de una jaula sonora. Desarrollé esa idea utilizando textos de las visiones del profeta Ezequiel contrapuestas a fragmentos del Cantar de los Cantares".

Dos visiones contrapuestas: la apocalíptica del profeta y la sensual y vitalista del Cantar de los Cantares. "Al final, una gran metáfora lo resume todo: una madre desterrada, como un árbol que ha perdido los frutos, los ramos, las hojas. Los estudiosos consideran este fragmento como una gran alusión al pueblo hebreo, pero nosotros podemos verlo como una metáfora de todos los holocaustos de este siglo".

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